Derroche de glamour en los Premios a los Corresponsales de la Casa Blanca

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MADRID, 29 Abr. (EUROPA PRESS) -



   El Hotel Hilton de Washington DC se llenó de luz y elegancia para albergar una de las celebraciones con más 'glamour' que organiza la Casa Blanca. El presidente Barack Obama y su esposa Michelle presidieron la cena que rendía tributo a los Corresponsales.

   El Presidente Obama, en su discurso, quiso agradecer profundamente a los corresponsales su duro trabajo y su esfuerzo por la verdad en estos tiempos que corren.

   La gala fue conducida por el humorista Jimmy Kimmel, quien no paró de hacer chistes que hicieron al propio presidente caer en la risa descontrolada, sobretodo cuando Kimmel se metió discretamente con su oponente republicano, Seamus Romney.

   La supuesta nueva novia de Kanye West acudió con su madre, y durante la cena no paró de twitear y hacerse fotos con la cámara de su móvil para compartirla con sus fans en la famosa red. Con un vestido de terciopelo negro y apliques dorados en los hombros, Kim parecía salida de un cuento de hadas.

   Además, la modelo incluyó entre sus tweets su satisfacción por estar presente en una cena tan especial y lo mucho que le había emocionado el discurso del Presidente Obama, quien defendió que hoy: "prevalece y compartimos la libertad de expresión sobre nuestras diferencias".

    Su madre, también radiante, apostó por un vestido rojo y joyas de oro blanco. Entre los demás invitados, Kim bromeo con Sofía Vergara, con quien se hizo una foto y posteriormente subió a Twitter.

    La gala acogió a más de 2.300 personas, entre los que también estaban Charlize Theron, Irina Shayk, George Clooney, Eva Longoria o Kate Hudson. Longoria, a diferencia de la mayoria de invitadas, decidió llevar un vestido de cocktail y no largo, que mostraba sus piernas.

    Entre los asistentes también estaba Lindsay Lohan, de negro y con la melena suelta, quien por haber estado de juerga la noche anterior había perdido el avión que la llevaba a Washington, por lo que se vio obligada a coger otro vuelo. Ay, Ay, Lindsay ¡No cambias!