MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
El príncipe Guillermo está ejerciendo de marido ejemplar al acompañar incansablemente a su mujer durante su ingreso en el hospital. Aunque todavía va a estar ingresada algunos días, el futuro papá salió del centro sonriente y visiblemente más aliviado que el día anterior.
La duquesa, de 30 años, entró en el hospital el pasado lunes con unas náuseas matutinas agudas y protencialmente peligrosas que le han hecho permanecer en el centro King Edward VII. Desde el palacio de St. James han comunicado "La duquesa de Cambridge continúa sitiéndose mejor. Él y el duque están tremendamente agradecidos por los buenos deseos que han recibido".
Puede que la pareja se vea obligada a pasar los primeros meses del embarazo de Kate apartados en el hospital o en reposo absoluto, si su situación médica no mejora. Es posible que su diágnostico de 'hiperemesis gravídica' puede afectarle en todo el embarazo, y de momento sólo lleva dos meses en estado.
Después de estar seis horas junto a la cama de su mujer, el príncipe Guillermo abandonó el hospital con aspecto más relajado y se fue en su coche. En la puerta del centro están instalados multitud de fotógrafos y periodistas que inundan la acera de en frente.
Guillermo aprovechó su salida para agradecer fugazmente a la prensa su interés en el estado de salud de su esposa. Es la primera muestra de consideración hacia los periodistas ya que tras el escándalo el pasado verano del topless de Catalina, el príncipe se sentía muy reacio hacia los fotógrafos.
Esta vez sin embargo salió con una sonrisa que no deja lugar a dudas: La duquesa está mejor.
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