MADRID, 14 Nov. (CHANCE) -
Duro varapalo para Íñigo Errejón. Tal y como hemos conocido esta mañana, el juez Adolfo Carretero ha acordado procesar al exdiputado y exportavoz parlamentario de Sumar por un presunto delito de agresión sexual contra Elisa Mouliaá que habría cometido una noche en septiembre de 2021, y que la actriz denunció en octubre de 2024 coincidiendo con la dimisión del expolítico de todos sus cargos públicos.
Tal y como expresa en el auto de procesamiento que ha dictado el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid confirmando que el expolítico se sentará en el banquillo de los acusados, el juez considera que la declaración de la artista es "coherente en lo esencial" y que, teniendo en cuenta que "los indicios existen y no han podido ser desvirtuados por la versión del investigado, el procedimiento no puede ser archivado en esta instancia".
Mientras la defensa de Errejón ya ha anunciado que recurrirá la decisión judicial, Elisa ha roto su silencio en exclusiva en 'El programa de Ana Rosa'. La actriz ha enviado un mensaje al magazine que presenta Ana Rosa Quintana celebrando que la verdad se ha impuesto en esta ocasión, y revelando lo mal que lo ha pasado en el último año al considerarse víctima de una campaña de desprestigio mediática. Lo reproducimos íntegro a continuación:
"Durante meses he sido objeto de bulos, ruido y campañas destinadas a desacreditarme. Hoy con el procesamiento queda claro que ninguna estrategia de propaganda puede sustituir al análisis riguroso de las pruebas. La Justicia ha decidido avanzar porque los hechos merecen ser valorados ante un tribunal".
"No ha sido un trayecto sencillo. He soportado una presión pública que ninguna mujer debería enfrentar por ejercer su derecho a denunciar. Sin embargo, la solidez de mi testimonio y la coherencia de la evidencia han prevalecido sobre el ruido".
"En nuestro país, el consentimiento es un principio legal incuestionable. "Solo sí es sí" no es un lema: es un marco que protege, que aporta claridad y que sitúa los derechos de las víctimas en el centro. Y es a la justicia -no a la propaganda- a quien corresponde valorar esos hechos".
"El poder puede financiar relatos, pero no puede alterar la realidad procesal. La verdad ni se compra ni se intimida. Resiste, avanza, y cuando llega el momento, se abre paso con fuerza. Este procedimiento es la prueba de que nadie está por encima del escrutinio judicial".