MADRID, 26 Sep. (CHANCE) -
La operación de cadera del Rey Don Juan Carlos podía haber sido una ocasión perfecta para unir a toda la familia. Pero no fue así. La Infanta Cristina llegó a las 15:00 horas, como os contábamos ayer, poco después de que los Príncipes se marchasen del Hospital, evitando coincidir con ellos; con quien sí estuvo fue con su madre, la Reina, la Infanta Elena y su sobrino Felipe.
A su salida el jefe de la Casa Real Rafael Spottorno y Carlos García Revenga acompañararon a la Infanta a su coche.
La Infanta viajó desde Ginebra (Suiza) para visitar a su padre después de la operación y regresó en el mismo día, lo hizo sola sin la compañía de su marido Iñaki Urdangarín ni de sus cuatro hijos. En su corta estancia en Madrid no quiso hacer ningún tipo de declaración, ni del estado de salud de su padre, ni de como se encuentra su familia en Ginebra. Y es que desde que los Duques de Palma se trasladaron a Suiza intentan mantenerse alejados de los medios mientras dura todo el proceso del Caso Nóos.
Pero las escapadas de la Infanta a España son numerosas, ya manifestó lo mucho que había echado de menos nuestro país mientras vivían en Washington (EE.UU). Como ha podido saber CHANCE, la semana pasada aterrizaba en Barcelona y permaneció casi tres días. La Infanta estuvo en su casa de Pedralbes, en su oficina de la Caixa, y tuvo hasta tiempo para dar una vuelta por un centro comercial y estar con sus amigas en el Real Club de Tenis. Un viaje fugaz muy denso que coincidía justo con la visita oficial los Reyes Guillermo y Máxima de Holanda, que fueron recibidos por el resto de la familia Real en un ambiente tranquilo y relajado.
