MADRID, 16 Abr. (CHANCE) -
Desde CHANCE te traemos un nuevo artículo de Nano López, el coach para organizaciones y adolescentes, que esta semana nos habla de cómo nos afecta psicológicamente la primavera.
Acaba de comenzar la primavera, una de las etapas del año donde más cambios internos sufrimos. Dice el refrán que la primavera la sangre altera y el refranero español, que es muy sabio lo dice por algo . Existen, aunque no nos demos cuenta, muchos factores en esta época del año que nos afectan.
"LA PRIMAVERA TIENE DOS CARAS: IGUAL QUE AUMENTA NUESTROS SENTIMIENTOS POSITIVOS PUEDE TRAERNOS LA CONOCIDA ASTENIA PRIMAVERAL"
Es la época más propicia para establecer relaciones sentimentales, se despierta la sensualidad y nuestras hormonas comienzan a revolucionarse. Un cóctel de feromonas, oxitocina y endorfinas dominan nuestros sentimientos. No podemos olvidar los agentes externos y la importancia que tiene su influencia sobre nosotros. En esta época aumenta la luminosidad y la temperatura, se producen cambios en la naturaleza, los campos comienzan a teñirse con un nuevo color. Todo esto nos lleva a un desajuste en algunos neurotransmisores y hormonas.
También, a la vez que aumentan nuestras ganas de relacionarnos y salir, comienzan algunas preocupaciones que suelen angustiarnos. Nos preocupamos por nuestro aspecto físico o ese tipito que queremos lucir en verano. Nuestro objetivo: estar perfectos en dos días. De esta situación se extrae algo muy positivo. Incrementamos de forma considerable nuestra actividad física y como consecuencia nos sentimos mejor. Sin embargo, no debemos olvidar que no todo el mundo se adapta a esta época del año de la misma manera.
Igual que a la primavera se le atribuye este cambio positivo, no podemos olvidar que tiene dos caras y que puede alterar nuestro estado emocional. Hablamos de la astenia primaveral. Hay muchas personas que ven alterado su humor de modo transitorio pero negativo, se sienten agotadas, tristes y deprimidas. Todo lo comienzan a ver de una forma negativa. Seguramente que a muchos de nosotros nos ha pasado. De pronto aparece un día gris y el motor que nos estaba impulsando se para. Y aquí es donde quiero poner hoy el foco de atención. Realmente, ¿somos conscientes de lo que nos pasa?
Según Víktor Frankl, la conciencia es específicamente humana y nos diferencia de cualquier ser viviente. Por lo tanto, es una de las armas de las que disponemos para controlar ese estado de ánimo que nos puede controlar. Debemos comenzar a tomar conciencia de los síntomas y de lo que nos está ocurriendo. Estudiar los agentes externos que pueden influir en ello y por último, crear un plan de acción enfocado en combatir ese estado de ánimo.
"AUNQUE NO SOMOS RESPONSABLES DE NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO, SÍ SOMOS RESPONSABLES DEL TIEMPO QUE DECIDIMOS PERMANECER ANCLADOS EN ÉL"
Para lograrlo, nos apoyaremos en generar pensamientos positivos, establecer relaciones sociales que nos ayuden a distraernos y salir de esos pensamientos negativos. No debemos olvidar que esto nos proporciona apoyo en momentos de estrés, aflicción y trauma.
Pongamos objetivos alcanzables. Querer perder 10 kilos en 2 meses y aparentar 10 años menos no lo es desde luego. Si no aprendemos a marcarnos objetivos que podamos alcanzar, podemos entrar en un ciclo de decepción y desánimo. Focalicemos la energía en nuestro bienestar personal y no basemos nuestra felicidad en otros. Desarrollemos nuestras fortalezas y tomemos conciencia de nuestras emociones. Encontrémonos con nosotros mismos creando un alegato de felicidad óptima y con una perspectiva positiva.
No olvidemos que, aunque no somos responsables de nuestro estado de ánimo, sí somos responsables del tiempo que decidimos permanecer anclados en él. Hagamos que nuestros ojos nos permitan ver de una manera diferente esos juicios que nos limitan.