MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Modesto Lomba una vez más ha vuelto a dotar a la mujer de ese toque ecléctico y sencillo pero profundamente femenino que le caracteriza. Las prendas ligeras y las superposiciones han sido las grandes apuestas sobre la pasarela Mercedes Benz en una demostración de elegancia y funcionalidad. Looks muy ponibles y materiales contudentes para envolver al cuerpo de la mujer el próximo invierno.
El color vuelve a tomar el armario femenino. Azul cobalto o amarillo se entrelazaban con los siempre bienvenidos blanco y negro o la gama de tierras tan recurrentes en las estaciones de frío. Especial atención merecen el dorado y el plateado con toques glitter, que han copado todo el protagonismo tanto en vestidos de cóctel cortos con faldas de voltantes con un divertido guiño naïf, como en la propuesta para los modelos de noche. El crep de seda será el encargado de hacer que las faldas bailen sinuosamente al compás del movimiento.
La piel también ha estado presente tanto en complementos como en puños como en remates de las chaquetas en visón o zorro. El maestro ha trabajado estas calidades adaptándolas a las exigencias de una mujer que no quieren renunciar a la elegancia cuando se trata de estar abrigada.
Para el día, vuelven los vestidos sencillos y los dos piezas de la mano de blusas con delanteros acorazados haciendo unos pliegues barrocos de lo más favorecedores. Las faldas vuelven a ser mini pero las medias tupidas en marrón chocolate conjuntadas con zapatos de charol y las botas altas por encima de la rodilla cobijarán las piernas frente a las bajas temperaturas.
A la hora de mirar al hombre, el diseñador ha puesto su mirada en la sencillez, recurriendo al marrón y al negro, con el pantalón de pinzas como el gran imprescindible. Las pajaritas prometen tomar el relevo de las corbatas a la hora de buscar un look elegante y desenfadado a la vez.
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