MADRID, 8 Sep. (CHANCE) -
Kanye West llevaba días calentando el ambiente para su nuevo desfile en la Semana de la Moda de Nueva York. Un par de días antes de que se celebrara el desfile, el cantante pidió que solo se presentaran a su casting mujeres mujeres multirraciales y hasta última hora no se supo exactamente dónde se iba a celebrar. Está claro que al rapero le encanta la polémica y siempre juego con ello, pero llegó el día 7 y con él su nueva colección. El misterio se desveló. Sí, pero con dos horas de retraso.
Aunque en la anterior temporada se decantó por Madison Square Garden, esta vez lo cambió por Roosevelt Island, una isla en el Río Este, una zona muy especial pero enclavada en la Gran Manzana, uno de los requisitos fundamentales para el diseñador.

Lo nuevo de Yeezy viene a ser más de lo mismo: colores nude y blancos, neopreno y algodón, pero de todas las prendas lo que más llama la atención con las botas de PVC, sí, esas mismas que causaron tanto revuelo hace unos días cuando Kim Kardashian las lució. Y ahora entendemos por qué.
Pero lo que realmente importó del desfile fue todo lo que lo rodeó: la polémica por el retraso y el calor, pero sobre todo las Kardashian, que en esta ocasión no acudieron en manada. Ni rastro de Kourtney ni Khloé, tampoco de Kris, únicamente Kylie, que hizo su primera aparición pública de rubia platino, y Kendall, que se decantó por un look chandalero con botines.
