Las Princesas Europeas y sus vestidos de ensueño para una boda de cuento

Princesas Boda
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Actualizado: lunes, 10 junio 2013 13:55

MADRID, 10 Jun. (CHANCE) -

Para toda mujer su secreto mejor guardado no es otro que el de su vestido de novia, ese vestido que recordará el resto de su vida y en el que cada detalle es el más cuidado, y más aún si éste pasará a formar parte de la historia de la Casa Real. Hacemos un recorrido por los vestidos de novia más característicos de las princesas. Unos diseños que, como ellas y el día de su gran boda, quedarán inolvidables.

Para el día de su boda, doña Letizia confió en el veterano Pertegaz. Con un vestido en seda natural con hilos de plata, escote en pico y cuello 'corola', la princesa de Asturias lució la diadema prusiana de la Reina Doña Sofía. Aunque la originalidad de su atuendo recayó en el abanico que escogió para la ocasión. Un artículo que había pertenecido a la reina Isabel II y fue restaurado para la ocasión.

El vestido de Kate Middleton también acaparó todas las miradas. El diseño fue confeccionado por Sarah Burton para Alexander McQueen en color marfil, escote corazón y encaje en las mangas, un vestido que recordó ligeramente al que en su día lució Grace Kelly o la Princesa Margarita.

Charlene de Mónaco encargó su vestido de novia al diseñador italiano Giorgio Armani. Con una seda duquesa blanco, una impresionante cola de cinco metros de longitud y y un favorecedor escote barco que dejaba al aire sus bien perfilados hombros de ex-nadadora, el vestido destacó por los 40.000 cristales de Swaroski. Al contario que el resto de las princesas, ésta no quiso lucir ninguna tiara.

El vestido de Mary de Dinamarca fue diseñado por el modisto danés Uffe Frent. Un modelo que necesitó 8 metros de encaje y 24 de satén para una larga cola y una mantilla que cubría el moño, sobre el que llevaba una diadema de diamantes.

Stephanie de Lannoy, heredera del Gran Ducado de Luxemburgo, lució un cuidado vestido de encaje en blanco marfil del diseñador libanés Elie Saab. Un modelo con cuatro metros y medio de cola y escote en la espalda semi oculto por el velo, de tul y encaje, de cinco metros. Al contrario que Charlenne de Mónaco, Stephanie lució una tiara formada por 260 brillantes.

El modelo de Victoria de Suecia fue uno de los más sencillos y elegantes. La princesa apostó por un diseñador sueco, Par Ensheden. El diseño se ceñía a la cintura con un fajín bordado. La tiara escogida fue la misma que eligió su madre, la reina Silvia para su boda.

Mette-Marit de Noruega eligió un diseño caracterizado por su sencillez y diseñado por el noruego Ove Handerfinseth. No sólo era el rico tejido -crêpe de seda color marfil- y su línea clásica lo que hacía del traje una soberbia elección, sino que el diseño estaba cargado de simbolismo por estar inspirado en el vestido que lució la reina Maud, bisabuela de Haakon de Noruega, el día de su boda con el rey Haakon VII. Mette-Marit sustituyó el tradicional ramo por una original guirnalda.

Máxima de Holanda haciendo gala de su elegancia lució un espectacular diseño de Valentino. Un modelo de alta costura en color blanco marfil y corte clásico. Máxima lució una cola de 5 metros y la tiara de Estrellas, al igual que hizo la princesa Beatriz de Holanda el día de su boda.

Al igual que Máxima, la Princesa Magdalena de Suecia que se casó el pasado fin de semana, ha confiado en Valentino y ha lucido una larga cola, color blanco puro, sin matices. Con escote de barco en encaje justo por encima del pecho y liso el resto del vestido.

Todas tienen en común una boda de cuento, con un vestido de ensueño. Cada una de ellas, con su propio estilo, marcaron un antes y un después en el día más feliz de sus vidas. Nosotros ya tenemos nuestro vestido preferido, ¿y tú, con cuál te quedas?