Las coníferas son las plantas ideales para las terrazas. La razón es muy sencilla, al ser un arbusto tupido, son ideales para proteger la privacidad de tu hogar. Además, las coníferas no requieren demasiados cuidados, por lo que es bastante habitual encontrarlas en un jardín.
Existen algunas variedades conocidas como enanas que suelen utilizarse en lugar de los arbustos de hojas anchas, mucho más complicados a la hora de cultivarlos. Además, esta variedad es una de las más recomendadas por los expertos para ser plantada en maceta, haciendo tanto del jardín como de una terraza el lugar ideal.
Cuál elegir
En general, las coníferas son muy sencillas de cuidar sea cual sea su variedad. Por esta razón, seleccionar una u otra para plantarla en una maceta dependerá sobre todo del gusto personal de cada uno. Es bastante habitual encontrarse por ejemplo con el Ciprés de Lawson. Su único problema es que su crecimiento es muy lento. Sin embargo, su follaje amarillo puede llegar a formar un cono perfecto con los cuidados adecuados. Alcanza una altura de 60 centímetros, por lo que podrás ubicarla en cualquier lugar sin problemas.
Otra de las plantas coníferas más utilizada es el Enebro compressa, que es una variedad enana muy bonita y es ideal para plantar en maceta. Es una verdadera miniatura, ya que tan sólo alcanza los 50 centímetros de altura. Su forma de cono perfecto hace que esta planta se adapte a la perfección a las macetas.
Cómo plantarlas
A la hora de plantar las coníferas, lo más importante es escoger un buen recipiente. Si lo eliges bien, podrás plantar varios ejemplares, siempre y cuando se trate de coníferas enanas. Sin embargo, sólo podrás plantar una si escoges un ejemplar normal. Ten siempre en cuenta que deberás colocar juntos aquellos ejemplares que requieran cuidados similares. Si no tienes en cuenta esto, es más que probable que alguna de las variedades que plantes se mueran por exceso o defecto de agua.
A la hora de plantar una conífera debes seguir los siguientes pasos. Primero selecciona la maceta más adecuada para albergar los ejemplares que hayas seleccionado para plantar. Después, tapa los agujeros de drenaje del fondo de la misma. Puedes hacerlo con trozos de algún tiesto roto o con guijarros muy desiguales para que el agua pueda pasar.
A continuación, coloca la conífera sin retirar el tiesto original, de modo que puedas realizar una prueba de cómo quedarán ubicadas las mismas una vez plantadas. Una vez hecho esto, retira uno por uno los tiestos de plástico originarios, y limpia la tierra pegada a las raíces.
Después, echa la tierra para plantar y realiza agujeros en la misma para colocar cada ejemplar. Para finalizar humedece la tierra y coloca la maceta en semisombra y ya tendrás tus coníferas plantadas. Eso sí, es conveniente que recuerdes que tendrás que cambiar la tierra más superficial de la maceta todas las primaveras, para que las coníferas cuenten con todos los nutrientes necesarios para su crecimiento normal.
Los injertos en las coníferas
Una de las alternativas a la hora de tener coníferas en casa son los injertos. Hay numerosas razones que te pueden llevar a injertar coníferas. Los objetivos son muy diversos, ya que te puede servir para perpetuar clones que no pueden ser mantenidos o económicamente propagados por otros métodos.
Por otra parte, se reduce el tiempo de cultivo, o se obtienen formas especiales en el crecimiento de ciertas variedades. Además, es una forma de reparar las partes dañadas de las plantas, sin que corran ningún riesgo, y puedes hacer que sean tolerantes a diferentes tipos de suelo.
