Gibraltar, la mole defensiva más espectacular del mundo

El peñón.
EP
Europa Press Chance
Actualizado: jueves, 20 mayo 2010 13:00

Por Javier Carrión

Dejando a un lado el largo desencuentro político oficial entre británicos, españoles y llanitos, agravado tras el cierre de la verja en 1969 por orden de Franco, Gibraltar es un destino turístico que vale la pena visitar. Lo normal es hacerlo en una jornada, pero lo cierto es que encierra suficientes atractivos y curiosidades para alargar esa excursión algunos días más. Y es que el monte Tarik, así llamaron los árabes al peñón durante su dominación, esconde bajo sus entrañas ciento cincuenta cuevas, más de cincuenta kilómetros de túneles y otras sorpresas que apasionarán especialmente a los que se sientan atraídos por la historia militar y la naturaleza.

Estratégicamente situados entre el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, los disputados 6,5 kilómetros cuadrados de Gibraltar integran rasgos de la cultura británica y aires de la tierra española, pero la Roca es mucho más, una babel mediterránea construida generación tras generación entre españoles, genoveses, malteses, judíos, portugueses, británicos, hindúes y marroquíes, un espacio de convivencia pacífica de religiones (judía, musulmana, cristiana, protestante, hindú), donde cada día entran y salen más de seis mil españoles del Campo de Gibraltar que van a trabajar. Y así se presenta en la misma ciudad donde el visitante puede ver indistintamente iglesias, sinagogas o mezquitas, la última de ellas levantada en Punta Europa, al sur del peñón, regalo del Rey Fahd de Arabia Saudita, frente a la costa africana que se vislumbra en el horizonte a muy pocos kilómetros.

Los túneles del Gran Asedio, los monos del peñón y la cueva de San Miguel son, a juicio de la Oficina de Turismo de Gibraltar, los tres grandes atractivos de La Roca, pero sería injusto olvidarse de las impresionantes vistas que se pueden disfrutar a 412 metros de altitud (el peñón se levanta hasta los 426 metros) gracias a un teleférico que conecta el casco antiguo con la zona alta en solo seis minutos. Lo construyó la compañía suiza Von Roll LTP en 1966 y fue reformado veinte años después. Los visitantes pueden hacer una parada intermedia para disfrutar de los juegos de los populares macacos en su "guarida" y ya en la cumbre pueden beneficiarse de una pequeña guía-ordenador multimedia, muy sencilla de utilizar, que explica curiosidades y todo lo que se puede divisar desde las terrazas instaladas en el lugar.

Los túneles del Gran Asedio

Estos túneles, ideados por los ingenieros del ejército británico durante el Gran Asedio que sufrió Gibraltar por parte de las tropas franco-españolas desde 1779 a 1783, constituyen lo que es para muchos el más impresionante sistema defensivo de todo el mundo. Este fue el primer túnel que se excavó en el peñón y se construyó con herramientas artesanales -todavía se pueden ver las marcas de los picos sobre las paredes- y permitió que la Roca fuera inexpugnable en el más feroz de los catorce asedios sufridos a lo largo de su historia.

En el interior el visitante puede contemplar la distribución de los cañones en las diferentes cavidades de los túneles y comprueba como los defensores emplearon un cañón revolucionario, "el cañón de Koehler", que era capaz de disparar inclinado hacia abajo. También puede escuchar el "santo y seña" de un oficial "con malas pulgas" y hasta puede fotografiarse, si lo desea, con la casaca roja del ejército británico.

La Cueva de San Miguel

Otra gran cavidad de la Roca, en este caso natural, es la Cueva de San Miguel. Situada a 300 metros sobre el nivel del mar, es una de las grutas más bellas de Europa. En su interior, que por cierto se puede alquilar para todo tipo de espectáculos artísticos o incluso para casarse (en Gibraltar todo son facilidades para contraer matrimonio), se ha instalado un atractivo sistema de luz y sonido que los visitantes pueden disfrutar en un original espectáculo. Se dice que fue en esta cueva donde encontraron refugio los últimos habitantes españoles en 1704 tras la invasión británica del peñón.

Por debajo de esta gruta existe otra cueva, la Cueva Baja de San Miguel, con un lago subterráneo y los guías explican que más abajo existe una tercera conectada al mar, que según la leyenda fue utilizada por los populares monos para llegar al continente europeo desde África. Esa hipótesis, como cualquiera puede imaginar, no está comprobada.

Ya en la superficie, en las proximidades de la cueva, hay un mirador con vistas al puerto y a las zonas ganadas al mar -antiguos barracones militares que hoy sustentan apartamentos y una escuela y grupos de torres de viviendas más económicas, respectivamente-, que conmemora la visita de la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo el 10 de mayo de 1954.

Los macacos

Los monos son, sin duda, la atracción más famosa de la Roca. Estos macacos sin cola, que hacen las delicias de los visitantes con sus saltos inverosímiles, van en busca de la sabrosa comida que les llega con los turistas, especialmente si va introducida en bolsas de plástico. Las autoridades locales han prohibido a los visitantes dar de comer a lo monos, pero lo cierto es que los animales se dan auténtico festines e incluso, si otean la llegada de algún crucero que atraca en el puerto, se "reservan" para estar con apetito cuando llegan sus ocupantes. Existe otra leyenda, una más de las incontables que circulan por la Roca, esta vez en torno a estos macacos-en la actualidad unos 200 ejemplares - que asegura que el día que estos monos desaparezcan del peñón la soberanía de Gibraltar dejará de ser británica. Este hecho estuvo a punto de producirse durante la II Guerra Mundial, pero el propio Churchill se encargó de llevar una veintena de monos procedentes de Marruecos para que esta población de simios no desapareciera.

Los túneles de la Segunda Guerra Mundial

La visita a los túneles perforados por el ejército británico en la II Guerra Mundial es una de las sorprendentes atracciones turísticas del peñón. Se trata de una visita de tres horas en la que se realiza un largo paseo a pie y con linterna por una pequeña parte de las galerías (existen más de 50 kilómetros de túneles) construidas por ex mineros escoceses e ingenieros británicos y canadienses durante la segunda gran guerra europea. Las toneladas extraídas del interior de la Roca fueron utilizadas posteriormente para la construcción de la pista del aeropuerto entre la frontera española y el propio peñón.

El objetivo principal de este laberinto defensivo, construido entre 1940 y 1943, era permitir a las tropas británicos el libre movimiento de una punta a otra del peñón en previsión de una invasión nazi. Y fue aquí, en uno de estos numerosos túneles que se distribuyen en diferentes niveles de forma paralela y entrelazada, donde el general Eisenhower preparó la "Operación Torch" que inició la invasión de los aliados en África.

El visitante puede recorrer pasadizos -en algunos de ellos se realizan todavía maniobras militares de la OTAN, pues en las entrañas del peñón continua instalado el Centro de Inteligencia de esta Organización en el estrecho-, impresionantes salas diseñadas para albergar quirófanos de campaña, hospitales, cocinas, comedores, barracones para los soldados, polvorines, servicios, centrales de electricidad y en general todo lo necesario para sobrevivir en el interior del peñón durante varios meses.

Pero la Roca propone al turista muchas más opciones. Desde la visita al Museo de Gibraltar donde se puede admirar el primer cráneo descubierto del hombre de Neanderthal, un sarcófago con momia incluida que apareció flotando en las aguas del estrecho o los únicos baños árabes conservados en el peñón, a una excursión por las aguas de la bahía para contemplar los saltos de los delfines salvajes, pasando por un paseo al castillo moro, todavía hoy cárcel local, o a los Jardines Botánicos, con casi doscientos años de antigüedad y más de seiscientas especies botánicas, o simplemente pasear por Main Street para realizar las típicas compras en las tiendas libres de impuestos.

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