El jardín mediterráneo

Jardines junto a la costa mediterránea
EP
Europa Press Chance
Actualizado: jueves, 15 julio 2010 13:00

La jardinería mediterránea, o como se la ha conocido más recientemente, 'xerojardineria', puede definirse como la jardinería basada en el cultivo de plantas capaces de presentar un óptimo crecimiento y valor ornamental asociado a un bajo consumo hídrico. No se trata ni mucho menos de una técnica de difícil implantación; muchas veces basta un poco de sentido común para poder establecer un balance entre los recursos disponibles y las necesidades a satisfacer. La conservación del agua es una prioridad para un mayor número de jardines.

El origen del jardín mediterráneo

El origen histórico del jardín mediterráneo lo encontramos en la Edad Media, y es que fue nuestra propia raíz hispano-musulmana la que creó este tipo de jardinería tan racional; en ella el agua era un elemento de singular importancia. El concepto de éste como símbolo del Paraíso condicionó intensamente su construcción en todas las regiones islámicas. Pero estos pueblos procedentes de regiones áridas soñaban con un paraíso de una gran abundancia de este fundamental líquido, de ahí que sus jardines presentaran grandes láminas de agua.

El tamaño de la alberca era indicador del poder del rey, representando la gran cantidad de agua que éste poseía y dominaba. Pero como sabemos era un bien muy apreciado aunque también muy escaso, por ello sabían racionalizar al máximo el agua en sus cultivos y jardines.

No obstante, pese a no ser algo recién descubierto, la influencia anglosajona también ha tenido que ver en su desarrollo actual. Así, el departamento de Agua de Denver (Colorado), en Estados Unidos, creó, en 1.981, el término "xeriscape" definiéndolo como "un espacio verde economizador de agua", de aquí salió posteriormente lo que conocemos hoy en día como la "Xerojardinería".

Consejos para construir un jardín mediterráneo

En primer lugar, es fundamental decir que el jardín mediterráneo como tal tiene su razón de ser en cuatro premisas o normas:

- Elección racional de las especies vegetales.

- Reducción de zonas de pradera.

- Sistema de riego economizador de agua.

- Operaciones de mantenimiento adecuadas

Antes de comenzar a organizarlo es aconsejable darse un paseo y observar cuáles son las especies que viven de forma espontánea en los alrededores de dónde se instalará el jardín. Los cultivos deben estar basados en las plantas autóctonas de la zona. Lo mejor es fijarse también en las condiciones del sitio concreto dónde están las plantas, ya que dentro de una misma zona se dan varios microclimas. Por ejemplo habrá plantas que vivirán bien en sectores orientados a mediodía que reciben una buena insolación, mientras que para otras es más beneficioso situarlas en lugares orientados al norte que puedan quedar a la sombra.

Desde el punto de vista arquitectónico y paisajístico tenemos que procurar que la imagen que produzca el jardín quede integrada en el contexto natural dónde se encuentra. Esto significa que si el éste se construye en una zona ocupada previamente por vegetación espontánea nos podemos plantear reservar algunas especies, principalmente árboles, que formarán parte del futuro jardín.

Un ejercicio recomendable es antes de organizar el jardín, imaginarse como será en el futuro. De este modo será más fácil ver su integración paisajística, evitar colisiones entre plantas, peligros de invasión de las zonas construidas por las ramas o raíces de los árboles, etc. Así podrás obtener un jardín en perfecta armonía con el entorno.

Forma de riego

Este tipo de jardines se caracterizan por el ahorro de agua constante. Por ello, el riego es muy racionalizado, no se malgasta el agua. Se usa la suficiente como para que el jardín esté en perfecto estado y con un aspecto envidiable.

Las más adecuadas de riego, sin duda son el riego por goteo o la microaspersión. El riego por goteo suele ser automático, con una instalación muy sencilla, sin cables ni soldaduras. Este tipo de riego es ideal para las macetas cuando nos vamos de vacaciones. La microaspersión proyecta el agua a la planta en forma de pequeños chorros, en lugar de proyectarla de forma nebulizada, disponiendo de uno o varios elementos giratorios. Este sistema de riego es idóneo para los macizos de flores, los rosales o pequeñas zonas. De este modo se ahorra agua y las plantas aprovechan mejor toda la que les llega.

Otra forma interesante de preservar el jardín es la técnica de "mulching": cubrir la tierra con vegetales triturados, corteza de pino u otros elementos parecidos. De esta forma, se mantiene mejor la humedad de la tierra y se evita la aparición de malezas.

Mantenimiento del jardín

Por último, a la hora del cuidado y mantenimiento del propio jardín, es aconsejable tener en cuenta una serie de medidas y recomendaciones.

Se deben reducir las zonas de césped. Estas zonas son muy complicadas, su mantenimiento es costoso, y provocan un excesivo consumo de agua.

Evita plantar césped junto a plantas de secano que necesiten poca agua. El césped debe regarse con asiduidad, por ello, si sitúas una planta de secano cerca del mismo, la planta se saturará de agua y acabará muriendo. Las plantas no sólo mueren por sequedad, sino también por exceso.

Debes procurar escoger especies de césped adaptadas a nuestras condiciones y requerimientos.

Las raíces gruesas de un árbol acostumbran a estar debajo de la zona dónde se encuentran también las ramas gruesas. Las raíces de algunos árboles como los pinos o eucaliptos pueden levantar pavimentos, reventar piscinas o romper muros, incluso de hormigón. Estos árboles se deben plantar en sitios suficientemente alejados de estos elementos, para que tengan el espacio necesario para desarrollarse con normalidad.

Para trasplantar siempre es mejor escoger plantas pequeñas. Las plantas jóvenes tienen una mejor adaptación al lugar que las plantes grandes y adultas.

Los árboles del bosque, no necesitan poda, de manera natural, cuando no necesitan alguna rama, la dejan morir y la eliminan. Toda poda es una agresión, por lo tanto, hace falta tener conocimientos de poda y buenos materiales antes de podar alegremente los árboles. Cuanto más joven es el árbol y más pequeños son los cortes de poda, más fácil será para el árbol cerrar estas heridas. Cuanto más viejo es el árbol, menos se tiene que podar.

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