Munster, la región más exuberante de Irlanda

Parque Nacional de Killarney
EP
Europa Press Chance
Actualizado: jueves, 25 marzo 2010 12:00

Al sudoeste de Irlanda se extiende la provincia de Munster, en la que se suceden valles y colinas tapizadas de verde, y grandes acantilados y puertos pesqueros, con localidades bulliciosas, humildes, en las que el sabor del mar se mezcla con el de la leche, y el de la cerveza y el whisky; centros urbanos en los que conocer sus famosos pubs; y pequeños pueblos en los que acercarse a su hospitalidad y a su música, mientras se busca una isla sólo habitada por aves marinas, una antigua abadía, un viejo castillo, y un lago, descansando entre las brumas...

Zonas turísticas

Islas Skellig, entre monjes y alcatraces: A la altura de Valentia Island, al final de la península de Iveragh, emergen del Atlántico estas dos islas; los acantilados de estas moles de roca tienen una profundidad de cincuenta metros por debajo del agua, proporcionando el hábitat adecuado para que encuentren su soñada guarida numerosas especies como el tiburón gigante, el delfín y la tortuga.

Responden a los nombres de Little Skellig y Skellig Michael; en esta última, y sobre una altura de 218 metros sobre el nivel del mar, un grupo de monjes escogió su soledad para vivir en los primeros tiempos del cristianismo; una escalera de roca, de más de 1.000 años de antigüedad accede al lugar donde se encontraban sus celdas. Estuvieron aquí hasta el siglo XII, cuando se mudaron al monasterio agustino de Ballinskelligs. Después dejaron el dominio de estas rocas a las muchas especies de aves marinas que las habitan, con una de las mayores colonias de alcatraces de Europa. El acceso es muy restringido, para evitar romper el equilibrio ecológico.

Killarney, turismo y naturaleza: Killarney es una ciudad muy orientada al turismo, esa es la verdad; monumentalmente su único atractivo es la catedral de Santa María, obra de Pugin, arquitecto inglés a quien se debe la construcción del Parlamento londinense; este lugar, sin embargo, tiene mucho ambiente, y puede convertirse en el complemento perfecto a las estupendas excursiones que se pueden planificar desde aquí. A pocos kilómetros de la ciudad se halla Muckross House, mansión victoriana de estilo isabelino construida en 1843.

Pero lo más bello y característico de esta zona, su principal reclamo son los tres lagos ubicados en el parque nacional de Killarney. Muchos escritores buscaron su inspiración en estos brumosos y bucólicos parajes, donde entre su espectacular vegetación se descubren las ruinas de antiguos castillos y abadías. Las aguas de Upper Lake, Muckross Lake y Lough Leane confluyen en el llamado 'Meeting of the waters'. Los populares glaciares de Gap of Dunloe; la vieja cabaña de Kate Kearney, antigua taberna ilegal que regentaba una legendaria y bella mujer; la cascada de 18 metros que origina el río Owengarrif, y desde la que se divisa el monte Torc; o Ross Castle, última fortaleza irlandesa rendida a las fuerzas de Cromwell en 1653; son algunos de los rincones más recomendables que buscar.

En ruta

Munster es la más exuberante de las cuatro históricas provincias irlandesas, sin significado equivalente de carácter administrativo. Salta a la vista su variedad en los paisajes, su diversidad geográfica y geológica en tan reducido espacio. Con las huellas de los más antiguos reinos de la isla, la más seductora de las rutas de la provincia es la que viene del este, a través de las magníficas Comeragh Mountains en Waterford y el pronunciado puerto Vee.

Youghal: El primer indicio de lo que será la costa meridional lo hallamos en este activo puerto pesquero, protegido por murallas. Otorgado por la reina Isabel I a uno de sus nobles preferidos, Sir Walter Raleigh, se convirtió en un enclave del protestantismo inglés. Entre sus principales atractivos, la primitiva puerta y posterior prisión de la Torre del Reloj, así como la conocida como Red House, antiguo palacio holandés, que data de 1710.

Cork: Centro mercantil tradicional de Irlanda, urbe industrial, gran puerto,fue

la Capital Cultural Europea en 2005; bulliciosa, Cork se alza sobre dos afluentes del río Lee. El centro de Cork transmite una notable tranquilidad, a pesar de la febril actividad que irradia el 'Tigre Celta', en forma de empresas de computación y farmacéuticas alrededor del puerto en el sur de la ciudad. Obrera y popular, Cork simboliza en Irlanda la resistencia contra la opresión. Fue un foco muy importante de insurrección contra la colonización británica. Aquí desembarcaron los "Wild Geese" (Ocas Salvajes), que partieron rumbo a Francia con Patrick Sarsfield.

Cork fue famosa durante mucho tiempo por albergar el mayor número de pubs por metro cuadrado de toda la isla. Las tradicionales tabernas se redujeron con la modernización y reestructuración de sus barrios, pero no hay problema, aún quedan muchos. No debemos marcharnos de aquí sin pasear por la animada St. Patrick Street, sin admirar las ocho pesadas campanas de Shandon Church, y sin perderse por el mercado popular de Coal Quay. El

Valle del Blackwater: Al norte de Cork se encuentra el corazón de la Golden Vale, la cuna de la legendaria industria lechera irlandesa; paisajes que muestran la esencia de la prosperidad irlandesa, con sus verdes y exuberantes colinas, donde pastan rebaños de vacas frisas; con sus campos de remolacha, cebada y trigo. El Blackwater es el segundo río en longitud de Irlanda, tras el Shannon; nace en las altas turberas del condado de Kerry, para acabar desembocando en el mar a la altura de Youghal.

Kinsale: Desde Cork podemos alcanzar esta localidad portuaria, una de las más bonitas ciudades del país. Frente a la costa de Kinsale fue torpedeado el "Lusitania", provocando la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. Simboliza el principio del fin de la independencia de Irlanda, ya que en este lugar fueron derrotados los jefes gaélicos y sus aliados españoles. Así se convirtió en una de las más importantes bases navales inglesas en Irlanda. Entre sus principales reclamos, el curioso y encantador museo de la ciudad; Desmond Castle, conocida también como la French Prison, es una antigua residencia señorial transformada en el siglo XVIII en prisión para los soldados franceses.

Tres kilómetros al este de la localidad de Summercove se halla la Charles Fort, fortaleza en forma de estrella que levantaron los ingleses en 1670 para proteger el puerto de Kinsale de los ataques extranjeros. Este cuartel albergó a una guarnición inglesa hasta la liberación en 1922 del sur de Irlanda. Podemos llegar también a través de la colina de Scilly, con su barrio de pescadores y sus viejas casas de campo.

Clonakilty: Puerto fundado en 1588 por los ingleses, guarda el ambiente tradicional de la región occidental; aquí nació Michael Collins, organizador del IRA durante la guerra de la independencia, y negociador de la partición; muy cerca, nació Henry Ford, el fabricante de automóviles. El West Cork Regional Museum recuerda la tradición industrial de la población; en el centro, el conjunto de Emmet Square ha asistido a la brillante restauración de sus mansiones georgianas.

Siguiendo hacia el oeste, a lo largo de la fascinante costa, se llega a Skibbereen y Skull, y a los imponentes estrechos del océano, como la romántica Roaringwater Bay. En esta zona se encuentran algunos de los mejores restaurantes de la isla, y es zona de visita habitual de los deportistas de vela ingleses y franceses.

Hacia el norte

En esta ruta, que quizá llama menos la atención al viajero que llega del sudoeste, hallamos sin embargo, poblaciones de interés como Listowel, el pueblo de los escritores, donde se celebra a finales de agosto un atractivo festival de música; o como el magnífico estuario del río Shannon, y del que parte el ferry hacia Tarbert; o como Limerick, con su barrio inglés y su barrio irlandés, su casco antiguo del siglo XIII y sus amplias avenidas georgianas; Limerick es además el corazón del rugby

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