MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
Astrónomos canadienses han descubierto que la formación de estrellas está más regulada por la presión de su entorno de lo pensado, proporcionando una visión sin precedentes de este fenómeno.
El nacimiento de las estrellas se produce en lo profundo de densas concentraciones de gas y polvo interestelar conocidas como núcleos cuando su estructura interna de soporte resulta abrumada. Estos núcleos típicamente contienen varias veces la masa del Sol sobre una región alrededor de 10.000 veces el tamaño del Sistema Solar. Los núcleos están profundamente arraigados dentro de las nubes de gas molecular que se encuentran a lo largo de la Vía Láctea.
Aunque el polvo dentro de los núcleos oculta las primeras etapas de la formación de estrellas a la vista de los telescopios ópticos, las observaciones con telescopios de radio especializados pueden mirar a través del polvo para estudiar su naturaleza dinámica. El Estudio del Cinturón de Gould desde el Telescopio James Clerk Maxwell identificó las ubicaciones, tamaños y masas de núcleos en todo la Nube de Orión, mientras que la Encuesta Ammonia del Telescopio Green Bank detectó el movimiento de las moléculas de gas dentro de las nubes.
"Mediante la combinación de estos datos, hemos aprendido que la mayoría de los núcleos de Orión están ligados gravitacionalmente, y así probablemente una día llegarán a colapsar para formar estrellas", dice Helen Kirk, astrónoma del Consejo Nacional de Investigación de de Canadá que dirigió el estudio. "Curiosamente, el material que rodea la nube parece estar apretando los núcleos en una medida más grande que la gravedad de los propios núcleos."
Los análisis anteriores de los núcleos a menudo ignoraron la presión de la nube ambiente, pero este nuevo trabajo sugiere que es un ingrediente clave para entender el futuro de los núcleos. "Esto sugiere que las nubes dentro de nuestra galaxia están en sí mismas probablemente bajo presión para formar estrellas," concluyó Kirk.