Las muertes por olas de frío en España pueden superar a las del calor

Nieve
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 14 enero 2016 19:33

MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad Carlos III de Madrid, ha determinado que la tasa de mortalidad por olas de frío en países con inviernos templados, como España, es similar, e incluso puede ser superior, a la registrada por olas de calor. La diferencia es que los efectos de las primeras son a largo plazo.

   Así lo destacan los autores de este trabajo, publicado en 'Environment International', en el que se han analizado los principales impactos de estos fenómenos. Además, se contemplan los factores socioeconómicos que influyen en estos excesos de mortalidad y se plantean las medidas que deben tenerse en cuenta en los planes de prevención.

   Concretamente, se hace hincapié en la necesidad de agilización de los registros de morbimortalidad en España y en las políticas necesarias para la minimización del impacto en salud de los eventos térmicos extremos.

   Diferentes estudios han señalado que cada ciudad, dependiendo de sus condiciones, tiene un umbral tanto de calor como de frío, a partir del cual se considera que comienza el "disparo de la mortalidad". Por ejemplo, en el caso de Madrid es 36,5ºC en el caso de las olas de calor, y por debajo del 6ºC en el caso del frío.

   Así, según los modelos, la ola de calor del verano de 2003 entre el 1 de julio y el 31 de agosto habría provocado un exceso de mortalidad en Madrid de 141 muertes aproximadamente.

MÁS VULNERABLES LOS MAYORES EN LUGARES TEMPLADOS

   Pero además, los expertos indican que existe un impacto del frío sobre la mortalidad, superior en los lugares con inviernos más templados que en aquellos con inviernos más crudos. "Esto es debido por un lado a la adaptación fisiológica a las bajas temperaturas y por otro a la infraestuctura de los hogares que hace que las condiciones para luchar contra el frío sean mejores en lugares habituados a las olas de frío que en aquéllos en los que son menos frecuentes", indica el texto.

   Del mismo modo, se habla de un impacto mayor en los grupos de edad más avanzada, sobre todo, a partir de los 65. De ahí que será en los lugares con mayor porcentaje de población de más de 65 años donde el efecto será más importante. Según el estudio, normalmente esta proporción es menor en las grandes ciudades. Como ejemplo, señalan que en Soria el 26,9 por ciento de la población es mayor de 65 años, mientras que en Madrid este porcentaje sólo alcanza el 14,2 por ciento.

   Teniendo en cuenta ambos aspectos, los autores han señalado que en edades entre los 65 y los 75, se aumenta un 9,1 por ciento la mortalidad por enfermedades respiratorias en ciudades como Madrid, por cada grado que desciende la temperatura desde la cifra umbrar. El porcentaje se sitúa en un 6,1 por ciento cuando se habla de enfermedades circulatorias y de un 5,1 por ciento para enfermedades orgánicas.

EFECTOS A LARGO PLAZO

   Al respecto, el equipo de investigadores españoles ha indicado que estas son las tres principales causas de mortalidad por frío en España y que su detección no es tan directa como las muertes por calor, porque no son a corto plazo. En muchos casos, según han explicado los expertos, la ola de frío es el inicio o el agravante de una enfermedad, por ejemplo respiratoria, que provoca la muerte al paciente tiempo después.

   Por otra parte, los científicos mencionan un estudio recientemente realizado para la ciudad de Lisboa que, aunque con una incertidumbre importante, evalúa el posible incremento de la tasa bruta de mortalidad para los años 2020 y 2050.

   Ante esta situación, los expertos han pedido unas líneas de actuación internacionales a medio plazo para evitar estos fenómenos. Entre ellas destaca la de facilitar la organización de foros interdisciplinares entre políticos y técnicos para identificar las necesidades y los mecanismos de actuación; facilitar el desarrollo de equipos multidisciplinares que hagan llegar a la población los potenciales riesgos sobre la salud relacionados con los extremos térmicos; y facilitar el desarrollo de mecanismos que permitan la pronta evaluación de los planes de intervención con el objeto de su mejora y aumento de eficacia.

   A su juicio, en España serían precisos, a corto plazo, planes de actuación en salud pública basados en sistemas de alerta temprana, que permitan la identificación de las situaciones de riesgo antes de que se produzcan. En este sentido es básica la información meteorológica.

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