Alrededor de 400 personas dejan de fumar con un tratamiento telefónico desde el Hospital Carlos III

Europa Press Ciencia
Actualizado: martes, 31 mayo 2005 14:01

MADRID, 31 May. (EUROPA PRESS) -

Alrededor de 400 personas ya han dejado de fumar recibiendo tratamiento a través del teléfono con la Línea Telefónica de Ayuda al Fumador que ha puesto en marcha el Hospital Carlos III de Madrid y que en tres años ha recibido más de 6.200 llamadas de personas solicitando información o tratamiento psicológico para hacer frente a su adicción.

En declaraciones a Europa Press, el Doctor José María Carreras, responsable de la Unidad de Tratamiento del Tabaquismo del Hospital Carlos III de Madrid, explicó que son ya 400 los pacientes que han superado los seis meses de abstinencia, época en la que son controlados por los profesionales del hospital. Esto supone que en torno al 55 por ciento de los que han iniciado al tratamiento por teléfono han superado la barrera de los seis meses, "cifra similar" a la registrada en los tratamientos presenciales.

En esta línea, recalcó que el teléfono no es en sí mismo "una técnica de tratamiento", sino que es "otro marco más para aplicar "técnicas que se han demostrado eficaces, técnicas psicológicas dirigidas a cambiar la conducta del fumador" y que son "exactamente las mismas que se aplican en la consulta cara a cara o en los tratamientos en grupo". Sin embargo, destacó que el teléfono permite acercar estos tratamientos a la población y acceder a personas "que no pueden ir a otros sitios".

Por su parte, la psicóloga de la Línea Telefónica de Ayuda al Fumador, Mónica Quesada, subrayó que, aparte de ser un medio para aplicar el tratamiento, el 901 120 239 es también un teléfono al que llaman personas de toda España en busca de información "sobre centros para dejar de fumar, sobre el tabaco y las enfermedades o sobre los centros públicos que existen en nuestro país". Además realiza una "labor de seguimiento" en aquellas personas "que dejan de fumar por su cuenta en un momento puntual y que tienen una duda o buscan apoyo".

El desarrollo de un programa específico comienza con la llamada de la persona que desea dejar de fumar, quien "se apunta, decide y acepta hacer este tratamiento". Tras ello, el hospital será el que se ponga en contacto con el paciente, aunque éste puede acudir al teléfono en caso de necesidad siempre que lo desee. En la primera llamada, el profesional realiza una evaluación completa al fumador y determina el tratamiento más adecuado para él.

Al cabo de unos quince días, se fija la fecha en la que el paciente ya no va a fumar más, y se le vuelve a llamar a medida que se acerca ese día para comprobar "cómo ha hecho la preparación, si ha realizado una serie de tareas que se le han enviado y si han empezado el tratamiento farmacológico que se le indicado". Una vez que ha dejado de fumar, se le controla durante los seis meses siguientes "al principio de forma más intensiva, llamándole semanalmente, y luego ya más distanciada".

REGISTRO DE CONDUCTA

Entre esas medidas preventivas, se encuentran por ejemplo que realice "un registro de su conducta" en los días previos a que deje de fumar en el que apunte "el número de cigarrillos y a qué hora los fuma" para que sea consciente de que esta es "una conducta muy automática". También debe analizar los motivos que tiene para dejar de fumar e incluso es aconsejable que los materialice por escrito, "porque cuando lleve algunos días sin fumar su cabeza igual pretende argumentar de otra forma".

En algunos casos, se aconseja que se empiece ya con el tratamiento farmacológico que se han indicado. Ya la víspera del día en que va a dejar de fumar debe "deshacerse de todo el tabaco que tenga" y una vez iniciada la abstinencia las técnicas van dirigidas a "evitar los estímulos para que una persona fume, a enseñarle estrategias para resolver los momentos que él marca como conflictivos, -una boda, un disgusto o una fiesta, por ejemplo-, ofrecerle soporte social y animarle y acompañarle a lo largo de todo el proceso".

Por otro lado, el doctor Carreras recalcó que se está haciendo un estudio comparativo entre un grupo de pacientes que acuden a consultas y los 150 primeros que se atendieron por teléfono y completaron los seis meses. Hasta el momento, se desprende que, "en cuanto a la evolución de los síntomas de abstinencia, prácticamente no hay diferencias entre ambos grupos", aunque señaló que se ha comprobado que "quizás, al principio el tratamiento, dejan en mayor proporción de fumar los pacientes que vienen al cara a cara".

Sin embargo, defendió que, pasados los seis meses, "no hay diferencias y han dejado en la misma proporción de fumar los pacientes que lo han hecho por teléfono que los pacientes que lo han hecho a través de la consulta". Por ello, insistió en que entre estos dos grupos lo único que cambia es el marco ya que "los dos son tratamientos muy intensivos, utilizan los mismos elementos terapéuticos y tienen un seguimiento hasta los seis meses".

MUJERES DE MEDIANA EDAD

El perfil de las personas que recurren al tratamiento a través del teléfono es bastante similar al de aquellas que acuden a la consulta, salvo la media de edad de los primeros que es algo menor, 44 frente a 47 años. Son principalmente mujeres -un 55 por ciento del total- de mediana edad, muy fumadoras, "cada vez más", y con "altos valores de dependencia a la nicotina".

Asimismo, Quesada destacó que también es frecuente el caso de personas que ya han hecho "varios intentos" con otros métodos y que han pasado "por otro tipo de terapias, incluso alguna de las llamadas alternativas que tampoco se han mostrado eficaces ni científicamente válidas".

Por ello, reconoció que es normal que al principio los pacientes se muestren "un poco escépticos" ya que este método no es habitual en nuestro país y provoca desconfianza. En cambio, defendió que con el tiempo se establece "muy buena relación con el terapeuta y la gente responde muy bien el tratamiento". La relación puede llegar a ser tan cercana que hay casos en que algunos pacientes envían regalos al profesional o se trasladan al Hospital para conocerles en persona.

En este sentido, comentó que es necesario explicar al paciente en que consiste este tratamiento y defender que es "un método científico y válido" que si se sigue correctamente va a conseguir que "deje de fumar". "Hay gente que, por ejemplo, ya ha probado el tratamiento farmacológico con lo cual no cree que este le vaya a ayudar, entonces nuestra labor consiste en explicarle que esta vez se incluye dentro de un contexto, de una terapia más amplia y se tiene que usar bien", agregó.

Por último, comentó que hay días y horas más fuertes que otros, en lo referente al volumen de llamadas, como pueden ser los lunes y a partir de las 12:30 y de las 18:30. En los casi tres años en funcionamiento, no han faltado llamadas con "preguntas curiosas". "Un día llamó un señor que fumaba tabaco de liar y nos preguntó que si lo lavaba se quitaban las partes tóxicas y perjudiciales del tabaco", concluyó Quesada.

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