Los cerebros de las mujeres se decantan por hombres con rostros masculinizados durante la ovulación

Actualizado: miércoles, 12 noviembre 2008 19:55


INDIANÁPOLIS, 12 Nov. (OTR/PRESS) -

Los científicos saben desde hace bastante tiempo que las preferencias masculinas de las mujeres cambian a lo largo de su ciclo menstrual. Pero ahora por primera vez, el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana ha demostrado que algunas regiones del cerebro responden con más fuerza ante rostros masculinizados que feminizados, y que, además, esta diferenciación se hace más patente durante la ovulación. Es precisamente en el periodo de ovulación cuando las mujeres prefieren hombres con rostros masculinados ya que estos rostros pueden indicar altos niveles de testosterona. Estos niveles predicen una alta calidad genética masculina aunque también pueden reflejar una mayor posibilidad de abandono por parte del hombre.

Este estudio arroja también un poco de luz sobre la relación entre los niveles de hormonas en el cerebro de las mujeres y sus respuestas frente a los rostros de los hombres, lo que puede ofrecer información sobre las preferencias de las mujeres. De esta manera, la presente investigación apunta hacia un incremento de la discriminación tanto sensorial como del riesgo en los momentos cercanos a la ovulación en la respuesta a los rostros masculinizados.

"Una de las áreas del cerebro en la que se observó una diferencia de actividad en respuesta a los rostros masculinizados frente a los feminizados fue la corteza cingulada anterior. És una región que participa en la toma de decisiones y en la evaluación de los posibles riesgos y recompensas", explica el neurocientífico Heather Rupp, investigador del Instituto Kinsey para la Investigación en Sexo, Género y Reproducción.

"La activación de esta región había sido previamente relacionada con un alto riesgo de decisiones asociales, especialmente en los riesgos monetarios. Por ello, es interesante el hecho de que ahora se observe que esta zona es más activa en la respuesta a caras masculinizadas. Y es que estos rostros pueden representar más riesgo pero también más gratificación para las mujeres", explica Rupp en declaraciones a la revista 'Evolution and Human Behaviour' y recogidas por otr/press.

ALTOS NIVELES DE TESTOSTERONA

Estudios anteriores habían demostrado que las preferencias sexuales de las mujeres en función de las carcaterísticas faciales varían según su fase menstrual. Además se pensaba que estas variaciones de preferencias reflejaban los cambios en las prioridades evolutivas de las mujeres. Así, se ha demostrado que en torno al momento de la ovulación, las mujeres prefieren rostros más masculinizados, una característica que indica altos niveles de testosterona. Estos niveles predicen una alta calidad genética masculina, aunque también pueden suponer un riesgo al estar asociados con altas tasas de abandono de crias.

A diferencia de la ovulación, durante otros puntos del ciclo, las mujeres prefieren a hombres con caras feminizadas. Y es que ésto puede ser señal de una mayor voluntad de los hombres a invertir en la descendencia.

Para llegar a estas conclusiones, Rupp y su equipo presentaron fotos de 56 hombres con rostros masculinizados y feminizados a doces mujeres con una media de 25 años que se encontraban en la fase folicular (que está más cerca de la ovulación y presenta mayores tasas de fertilidad). Antes de cada sesión, recogieron muestras de su sangre para medir el nivel de hormonas.

Posteriormente, mientras medían la actividad cerebral utilizando imágenes de resonancias magnéticas, las mujeres observaron los distintos rostros e indicaron cuál podría ser una pareja sexual.

Tras estos análisis, los investigadores encontraron que varias regiones del cerebro relacionadas con la percepción de la cara, la toma de decisiones y el procesamiento de la recompnesa respondieron de manera más intensa ante los rostros masculinizados que ante los feminizados. Según las conclusiones, este resultado sugiere que "la activación neuronal en respuesta a los estímulos faciales es más sensible a los rostros masculinizados". Además, los investigadores concluyeron que las diferencias en los rostros eran más fácilmente detectables durante la fase folicular, cercana la ovulación.