MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
Científicos de las universidades de Liverpool y Ludwig-Maximilian de Munich, han desarrollado un método específico para evaluar el impacto de la ceniza volcánica en los motores a reacción.
Los expertos han explicado que, científicamente, se ha hecho poco sobre los efectos de las cenizas volcánicas en las aeronaves, pero el impacto que puede tener en la industria de la aviación se evidenció cuando el volcán Eyjafjalla en Islandia entró en erupción en 2010. Este suceso supuso la interrupción prolongada de los viajes aéreos y, por tanto, significativas pérdidas económicas.
Los vulcanólogos han analizado ahora muestras de ceniza volcánica de nueve cráteres diferentes para ver cómo su composición química y controlar su comportamiento en la fusión de las temperaturas del motor a reacción que oscilan entre 1100°C y 2000°C.
La ceniza volcánica es ampliamente reconocida como un peligro potencialmente fatal para las aeronaves, principalmente a través de la fusión, y porque se pega a la parte interior de las turbinas, pero es particularmente problemático si afecta el sistema de refrigeración, según han apuntado los expertos.
Las directrices sobre la amenaza de las partículas de cenizas volcánicas en los motores a reacción dependen de los estudios iniciales de ingeniería que probaron el impacto de partículas de polvo y arena en los vehículos de carretera. La ceniza volcánica es, sin embargo, químicamente diferente y la estimación de su peligro potencial se complica por el hecho de que la composición química puede variar ampliamente entre los volcanes.
El profesor Yan Lavallée, uno de los autores de este estudio, ha indicado que los experimentos realizados ahora son los primeros que ponen a prueba las condiciones en las que la ceniza puede fundirse utilizando criterios químicos. "A través de nuestros experimentos hemos sido capaces de desarrollar un modelo para predecir las condiciones a las que se funden y se pegan las distintas partículas de cenizas volcánicas", ha apuntado.
Según ha indicado, en este trabajo, que ha sido publicado en 'Nature Communications', se ha podido demostrar que la ceniza volcánica puede fundirse y pegarse más fácilmente en el interior de los motores a reacción y que el uso común de la arena o el polvo es totalmente inadecuado para predecir el comportamiento de las cenizas volcánicas.
"Cualquier modelo robusto en el futuro para evaluar cuantitativamente el riesgo de cenizas volcánicas con motores a reacción debe estar basado en la química", ha señalado.
A su juicio, "con el nivel actual de tráfico aéreo, la comprensión del impacto de la ceniza volcánica en los motores se convierte en una prioridad y hay demasiado en juego como para pasar por alto el papel de las cenizas volcánicas en la aviación", ha añadido.