MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
La mutación en el gen Shake reduce la duración del sueño en la mosca de la fruta hasta un tercio de la cantidad que dedican las moscas normales a dormir, según un estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Nature'. El descubrimiento apunta a nuevas formas de abordar los trastornos del sueño en los humanos.
Los investigadores explican que en su estado normal el gen llamado Shaker en la mosca de la fruta produce un canal iónico que controla el flujo de potasio en las células, un proceso que afecta de forma crítica entre otras cosas a la actividad eléctrica de las neuronas.
Estudios recientes sugieren que los canales de potasio participan en la generación del sueño en los humanos.
Según Chiara Cirelli, una de las autoras principales del estudio, la investigación ofrece la posibilidad de desarrollar una nueva clase de componentes que podrían afectar a los canales de potasio en el cerebro en vez de a otros sistemas químicos a los que se dirigen los tratamientos en la actualidad.
Los científicos estudiaron durante cuatro años a 9.000 moscas con mutaciones y descubrieron que un tipo de ellas, al que llamaron "minisueño", dormía sólo un tercio del tiempo en comparación con las moscas normales. Las investigaciones se centraron entonces en el gen Shaker que en las moscas, como en el caso de su versión humana, controla la excitabilidad de las membranas celulares.
Los investigadores descubrieron que en estas moscas el gen Shaker tiene una mutación que impide la formación de un canal iónico funcional en la membrana celular y el potasio por ello no puede fluir a través de él.
LAS MOSCAS DUERMEN
Los científicos habían descubierto en anteriores investigaciones que las moscas no sólo duermen sino que su sueño es muy parecido al de los mamíferos en cuanto a su duración nocturna, los mecanismos posteriores a la deprivación, el mayor número de horas de sueño durante el inicio de la vida e incluso en la respuesta a la cafeína.
Los investigadores explican que en los cerebros de los mamíferos existen cambios electrofisiológicos que pueden ser detectados por el electroencefalograma. Estos cambios producen ondas distintivas que durante el sueño profundo son más lentas y durante la vigilia más rápidas. Una forma de pasar del estado de ondas rápidas a lentas es mediante la apertura de los canales iónicos que permiten al potasio fluir a través de ellos.
La hipótesis de los científicos es que si no se poseen canales que permitan el flujo del potasio en las células no se pueden desarrollar las ondas lentas del sueño profundo.
Según los investigadores los cambios en el potasio podrían tener un enorme efecto sobre el sueño de los seres humanos ya que los humanos tienen el mismo tipo de genes y canales de calcio. Creen que este gen es especialmente importante porque actúa sobre el final de un mecanismo común y tiene la capacidad de cambiar la excitabilidad de las neuronas.