MADRID, 25 May. (EUROPA PRESS) -
La sensación de que la vejiga encoge con la edad podría ser un síntoma de incontinencia urinaria derivado de un desorden llamado de hiperactividad del detrusor, un músculo que se contrae para ayudar a la vejiga a vaciarse. Son las conclusiones de un estudio de la Universidad de Pittsburgh que se ha hecho público durante el congreso anual de la Asociación Urológica Americana que se celebra estos días en San Antonio (Estados Unidos).
Según los científicos, la idea de que la vejiga encoge a medida que se envejece podría no ser más que una especie de "leyenda urbana". El hecho de que las personas mayores orinen con mayor frecuencia y tengan la sensación de que la vejiga se "encoge" podría, sin embargo, ser una señal de algún problema fisiológico subyacente que puede ser tratado.
En el estudio, los investigadores compararon en 95 mujeres variables que incluían la capacidad y estabilidad de la vejiga, la presión de cierre de la uretra, la tasa de vaciado y las contracciones que ayudan a orinar en 95 mujeres de edades comprendidas entre los 22 y los 90 años. Los investigadores descubrieron que mientras la vejiga y el deterioro del funcionamiento de la uretra se deterioran a través de la vida adulta, la capacidad de la vejiga muy raramente cambia.
Según los científicos, las mujeres con vejigas envejecidas de forma natural tuvieron sensaciones debilidad en este órgano, mientras que aquellas que experimentaron una sensación de vejiga aumentada en realidad tenían una condición subyacente llamada hiperactividad del detrusor (HD). Este problema es un trastorno común, a menudo referido a una vejiga hiperactiva, en la que el músculo detrusor que controla el vaciado de la vejiga se contrae involuntariamente, creando una fuerte y a veces incontrolable urgencia de vaciar la vejiga.
Segun Neil Resnick, autor principal del estudio, ahora cuando las mujeres vayan a su especialista y les digan que piensan que su vejiga se ha encogido es muy probable que lo que sufran sea hiperactividad del detrusor. El investigador señala que esto supone una buena noticia ya que el trastorno es tratable.