MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
El 11 de octubre de 1958, la Pioneer 1 se convirtió en la primera nave espacial lanzada por la NASA. Iba a la Luna, no pudo abandonar la gravedad terrestre, pero llegó a 113.800 kilómetros de distancia.
Fue parte del primer proyecto de la agencia espacial, denominado Able, para llegar a la Luna, junto con las sondas Pioneer 0 (que se perdió al estallar el cohete segundos después del lanzamiento) y la Pioneer 2. Ninguna de ellas obtuvo los resultados esperados.
En el caso de la Pioneer 1, su misión principal era llegar a la Luna, estudiar las radiaciones ionizantes, los rayos cósmicos, los campos magnéticos, y el estudio de los micrometeoritos en las órbitas de la Luna y la tierra, según Wikipedia.
Tras fracasar en superar la gravedad terrestre, se desintegró casi dos días después de su lanzamiento en el Océano Pacífico. Durante su corta misión pudo recoger importantes datos, y entre sus descubrimientos destacar que la radiación terrestre está formada en bandas. No son menos importantes también las mediciones que hizo del campo magnético planetario.