La Consejería de Sanidad aconseja extremar las precauciones a los viajeros que visiten países tropicales este verano

Actualizado: sábado, 5 agosto 2006 20:02


Santa Cruz de Tenerife, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los estudios realizados por las autoridades sanitarias canarias reflejan que una de cada 10 personas que realiza un viaje a un país de África, Asia o Sudamérica regresa con algún problema de salud. Así, es importante que en el mismo momento en que se empieza a planear las vacaciones, el viajero se informe, con antelación suficiente (al menos un mes), de las condiciones sanitarias de la zona de destino y de si es necesaria alguna vacunación específica. Los requerimientos variarán según la duración de la estancia, si el destino es urbano o rural, o el tipo de alojamiento, entre otros factores. La Consejería de Sanidad aconseja extremar las precauciones para evitar que el destino elegido perjudique la salud del viajante o la de las personas del entorno.

Las enfermedades tropicales se pueden evitar con una adecuada prevención. Los Centros de Vacunación Internacional (CVI) ofrecen información sobre las medidas preventivas que el viajero debe adoptar y la situación sanitaria del país de destino. Los CVI están distribuidos por todo el territorio nacional, dependen de un organismo estatal que es Sanidad Exterior, departamento responsable de las actividades en materia de vigilancia y control de los posibles riesgos para la salud derivados de la importación, exportación o tránsito de mercancías; así como el tráfico internacional de extranjeros, y son competencia exclusiva del Estado.

Vacunación obligatoria

Los viajeros deben tener actualizado su calendario vacunal sistemático antes de iniciar el viaje, pero además, existen dos vacunas obligatorias que hay que administrar antes de partir a todas las zonas de África, Centro y Sur de América, y Asia que son: Hepatitis A (la infección más común entre los viajeros internacionales) y Fiebre Tifoidea (enfermedad de distribución mundial). Ambas enfermedades se propagan a través del agua y de los alimentos.

Sin embargo, la enfermedad más importante a prevenir en los viajeros, tanto por su frecuencia como por su gravedad, es la Malaria o paludismo, una enfermedad parasitaria potencialmente grave, muy extendida en casi todos los países tropicales y que se transmite por la picadura de mosquitos infectados, en concreto, el mosquito Anopheles, que al picar inyecta el parásito de la malaria en la sangre, manifestándose los primeros síntomas como escalofríos o fiebre elevada. La enfermedad, a veces, se hace evidente al cabo de un año por lo que es fundamental no olvidar hacerse un análisis al volver a casa, sobre todo si se tiene diarreas o fiebres.

Si el lugar de destino es África Subsahariana o la Amazonia también hay que prevenir la Fiebre amarilla, enfermedad vírica infecciosa para la que se dispone una vacuna que inmuniza durante diez años, y es requerida para entrar en países donde la enfermedad es endémica.

Consejos básicos para viajeros internacionales

Es importante atender a las recomendaciones sanitarias de la OMS para prevenir estas enfermedades, la mayoría fácilmente evitables si se siguen unos consejos básicos, como no dejar para el final los aspectos sanitarios del viaje y visitar lo antes posible un CVI.

Además, en caso de padecer alguna enfermedad, visitar al médico para que le facilite un informe actualizado, llevar cantidad suficiente de medicación o asegurarse de que puede adquirirla en el país de destino, abstenerse de beber agua que no esté embotellada o previamente hervida, evitar los cubitos de hielo, consumir la fruta pelada por uno mismo y tener precaución con los alimentos en general, utilizar siempre calzado cuando se esté en la playa, llevar ropa de colores claros y resguardarse en las horas de mayor sol y evitar las picaduras de mosquitos, para lo que se aconseja utilizar repelentes al amanecer y anochecer, ya que en algunos casos son causa de transmisión de enfermedades como el paludismo y el dengue.

Las altas temperaturas de los países tropicales favorecen la infección por bacterias, virus y parásitos, lo que puede provocar, si no se toman precauciones, serios problemas de salud. También se aconsejan medicamentos antimaláricos, que aunque no ofrecen una protección absoluta, resultan los más adecuados, ya que no existe vacuna contra la malaria.