El maíz florece gracias a la interacción de un gran número de genes

Europa Press Ciencia
Actualizado: viernes, 7 agosto 2009 21:27

MADRID 7 Ago. (EUROPA PRESS) -

La floración del maíz es resultado de la acción de un gran número de genes con pequeños efectos aditivos, sin que la interacción entre ellos tenga nada que ver --al contrario que en el arroz y otros cereales, en los que su floración depende de pocos genes que interactúan entre sí--, según un equipo internacional liderado por investigadores de Estados Unidos y que cuenta con la participación de miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuyos resultados se publican en la revista 'Science'.

Con el hallazgo se podrá predecir adecuadamente el tiempo de floración de cada planta de esta especie, según informó el CSIC, que señaló que los investigadores examinaron genotipos de casi un millón de plantas en ocho localizaciones estadounidenses con el objetivo de conocer la arquitectura genética de su floración (número, localización y relación de los genes que la regulan) dada su importancia evolutiva para la adaptación de la planta a distintos ambientes.

Sin embargo, y al contrario de lo que se esperaba, no se encontró que la interacción entre genes (epitasis), el origen geográfico o las interacciones con el ambiente tuvieran un papel importante, sino que se identificaron numerosos genes cuyos efectos se sumaban para determinar la floración.

Según la investigadora del CSIC en la Misión Biológica de Galicia, María Cínta Romay --única firmante española del artículo-- (tercera por la izquierda en la imagen) "sería un mecanismo similar al que regula la altura humana". Asimismo, explicó que la floración del maíz parece estar regulada por un gran número de genes cuyos efectos se suman de manera aditiva, sin que la interacción entre ellos o con el medio ambiente cumpla un papel preponderante. Por tanto, añadió que "conociendo el genotipo de la planta, un simple modelo aditivo parece ser suficiente para predecir adecuadamente la fecha de floración, al contrario de lo que ocurre en otras especies, como el arroz o la Arabidopsis thaliana", concluye.

Romay participó en el estudio durante una beca de investigación en la Universidad de Cornell (Estados Unidos) donde junto a otros investigadores utilizaron la técnica 'mapeo de asociación anidado', mediante la que seleccionaron 25 líneas puras de maíz que recogían gran parte de la variabilidad existente para la especie y las cruzaron con la línea B73, cuyo genoma está prácticamente secuenciado.

Así, a partir de este cruce se obtuvieron 5.000 líneas recombinantes, es decir obtuvieron plantes de nueva generación creadas a partir de dos líneas puras que combinan las características de ambas.

"El uso de población producida por mapeo de asociación anidado proporciona una potente herramienta genética, lo que permitirá el estudio de otros caracteres complejos. Dichos estudios podrán aplicarse para mejorar la seguridad alimentaria o hacer que la producción de maíz sea más sostenible", valoró la investigadora.

Contenido patrocinado