MADRID 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de Toronto ha reconstruido los cráneos de 'Paramys', los roedores más antiguos y mejor conservados de la historia.
Encontraron que el cerebro era más grande de lo que esperaban, de hecho, su tamayo es mayor que el de algunos primates del mismo periodo, en torno a los 50 millones de años.
Los autores del trabajo, que ha sido publicado en 'Royal Society B', han señalado que la diferencia clave es que los 'Paramys' tenían un tamaño de neocorteza relativamente menor que los primates más primitivos. Esta es la parte del cerebro que se ocupa de las funciones cerebrales 'superiores' como la vista y el oído.
"Esto nos dice que algo está pasando en el neocórtex de los primeros primates que no es observable en los primeros roedores", ha señalado la investigadora Ornella Bertrand. "Los cambios en la corteza cerebral de los roedores se produjo más tarde en el tiempo y con menor intensidad que en los primates", ha añadido.
Para los expertos, esta característica "también arroja algo de luz sobre lo que es único en los cerebros de primates: no siempre eran excepcionalmente grandes, pero eran sin duda los más inteligentes".
Uno de los ejemplares de 'Paramys' era un roedor grande para los estándares modernos --cerca de tres kilos, más o menos del tamaño de un gato pequeño-- que vivieron durante la mitad del Eoceno, hace entre unos 47 a 49 millones de años. Bertrand y su equipo también examinaron el cráneo de otro animal con una masa corporal de aproximadamente un kilogramo que vivió hace alrededor de 50 a 52 millones de años.
El objetivo de la investigación era comprender mejor la evolución del cerebro en los primeros roedores. Si bien ha habido algunas investigaciones sobre cómo la superficie neocortical de los primates se ha incrementado con el tiempo, prácticamente no se había hecho nada de esto en roedores.