La luz en España suele suponer un gasto desmesurado para muchas familias debido a su elevado coste y, por ello, hay que hacer grandes juegos malabares para que la factura no se vaya del presupuesto mensual.
Y es que con la llegada del frío los precios de la luz han crecido. En el mes de diciembre, el recibo de la electricidad de un consumidor medio alcanzó los 53,87 euros en los primeros 22 días del mes, un 4,6% más respecto al mismo periodo de noviembre, y del 2,6% si se comparan con los del año anterior, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Para ahorrar en este gasto hay multitud de trucos, pero hay uno que debe prevalecer por encima de todos: sustituir las bombillas convencionales por las bombillas LED, que consumen hasta un 80% menos que las luces tradicionales. Éstas se han hecho un gran hueco dentro del mercado y son altamente demandas, porque su utilización supone un ahorro drástico en la factura total de la luz.
La bombilla LED (light emitting diode) es una lámpara de estado sólido que usa ledes como fuente lumínica. Debido a que la luz capaz de emitir un LED no es muy intensa, para alcanzar la intensidad luminosa similar a las otras lámparas existentes, como las incandescentes o las fluorescentes compactas, las lámparas LED están compuestas por agrupaciones de ledes, en mayor o menor número, según la intensidad luminosa deseada.
Actualmente las bombillas LED se pueden usar para cualquier aplicación comercial, desde el alumbrado decorativo hasta el de viales y jardines así como en las partes dentro de un domicilio.
Ventajas de utilizar las bombillas LED
La principal ventaja de la bombilla LED es que con ellas ahorrarás hasta un 80% más que con una convencional. Y eso se puede traducir en muchos euros dentro de la factura de la luz. Éstas tienen un coste más elevado de primeras, pero esto no es más que una inversión en la que se pone una cantidad mayor de dinero al principio, pero que después acaba siendo más rentable. Principalmente, porque consume menos energía y que su vida útil es más longeva, llegando incluso a los nueve años, mientras que las bombillas normales pueden 'vivir' hasta un año nada más. Así, la tecnología LED supone un aumento significativo de la vida útil de una bombilla, situándose de media en modelos de calidad por encima de las 40.000 horas.
Otra de las grandes ventajas de la tecnología LED con respeto a la competencia, como pueden ser las de bajo consumo, es que su encendido es instantáneo. Mientras que en las otras hay que esperar cierto periodo de tiempo para que tome un volumen de luz exacto para poder desarrollar actividades tanto dentro del domicilio como fuera, con la bombilla de LED el encendido será automático conforme la actives y esto, obviamente, representa una gran ventaja para los consumidores.
Además, con este tipo de lámparas tendrás más opciones para elegir por temperatura de color, pueden ser regulables y también se consideran menos contaminantes, presumiendo especialmente de no contener nada de mercurio, que es una de las desventajas de las bombillas de bajo consumo de tipo fluorescente. Esto hace que éstas respeten más el medio ambiente, en una época donde la concienciación por respetar el medio ambiente está por encima de todo.
Con respecto a los otros tipos de bombillas, éstas también son más resistentes a los apagados y encendidos continuos que suelen acabar con la vida de estas. Y es que, a quién no se le ha roto una bombilla después de que se haya disparado el automático, o en una tormenta cuando se ha ido la luz. Con las lámparas LED no tendrás problemas cuando se den sucesos de este tipo.
Y, por último, otra de las grandes ventajas de las bombillas LED con respecto al resto es su diseño. Porque podrá elegir dentro de una gran variedad, según la lámpara o la decoración del domicilio. Por ejemplo, en el caso de las bombillas de bajo consumo, es más difícil elegir modelos distintos y les hace tener un hándicap con respecto a las LED.
Así, por todas estas ventajas, lo más recomendable es invertir de primeras en una bombilla de LED. Pero, por encima todas, lo que más resalta es el ahorro que representa para la mayoría de consumidores a la larga.
Las bombillas LED son las que representan una mayor eficiencia y ahorro real en la factura de la luz, casi un 90% con respecto a las incandescentes que son las menos eficientes.
La opción de las de bajo consumo, que también están entre las principales preferencias de los españoles, también suponen un 80% de ahorro respecto a las incandescentes, pero tienen menos horas de funcionamiento, entre 6.000-8.000 horas, y además un número de encendidos más bajo que las LED.
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Alejandro Boxall
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