Pasa el tiempo y las costumbres cambian. Afortunadamente no sólo las costumbres, también las conciencias dan un paso adelante con el tema del medio ambiente.
Y es que el cambio climático existe, existe y, en los últimos tiempos, hemos visto varias de sus manifestaciones. Pequeños gestos del día a día como sustituir la botella de plástico por una botella de vidrio es ya un pequeño paso que no da el calentamiento global en su gran empresa.
Porque es así, porque el cambio climático no es algo que sólo se debata en los despachos y en los grandes encuentros europeos y mundiales. El cambio climático es cada vez más una realidad palpable por los ciudadanos de a pie. Sus causas: el uso y derroche de recursos naturales, la consiguiente contaminación de los suelos, de los océanos, de los ecosistemas en general, la forma de producir, vender y consumir y un largo etcétera.
Y todos somos responsables de ello. Poco a poco conceptos como la economía circular comienzan a colarse en nuestras lecturas, en nuestras conversaciones y en nuestras prácticas. Son las 3R: reduce, recicla, reutiliza. ¿Por qué seguir usando una botella de agua que tenemos que sustituir cada poco? ¿Por qué no utilizar una botella de cristal, que mantenga intactas las propiedades del agua y se pueda sólo limpiar de vez en cuando?
Algunos de los motivos pueden ser su peso, su fragilidad, pero siempre se podrá tener una botella para oficina, allí pasamos la mayor parte de nuestro tiempo y hay que pensar en la comodidad.
En cualquier caso, hoy por hoy, tal y como estamos, existen multitud de envases ecológicos para agua que rompen cualquier justificación o excusa que se tenga por no querer abandonar las botellas de plástico. Hay soluciones pensadas para llevar la botella dentro del bolso sin que se rompa o se derrame.
Por otro lado, también la forma es importante. Una botella ecológica lo será más si su forma imita el movimiento en vórtice, caracterizado y descrito como el movimiento de la vida. Mirando la naturaleza, desde las semillas de las plantas hasta nuestro ADN tiene esa forma armoniosa, que busca la eficiencia y que sobrevive.
El mayor reto al que se enfrenta el ser humano en el siglo XXI es al avance inexorable del cambio climático, por ello es importante incorporar prácticas eficientes, responsables y sostenibles con el medio ambiente en los procesos de fabricación, desde las materias primas hasta lo que llega al consumidor.
Los líquidos vendibles tienen que estar envasados en los lineales de los supermercados. No se puede vender de otra forma. Lograr mejorar las calidades del envasado, desde el producto base (vidrio vs plástico) hasta la forma del mismo, es el desafío al que se enfrentan fabricantes o distribuidores de zumo, batidos, leche o refrescos. Conociendo la problemática a la que se enfrentan estos, Vitbot ha diseñado un envase pensado especialmente para la distribución de bebidas como agua y zumos. Pero también va más allá, ya que incorpora en el mercado un nuevo diseño capaz de preservar y vitalizar las propiedades de vinos y cervezas gracias a su diseño inspirado en la naturaleza.
Las 3R, en los últimos tiempos, se están convirtiendo en más, en las multi –R. Porque hay que rediseñar, hay que redistribuir y hay que reparar, hay que recuperaren fin, hay que repensar para fomentar la conducta y el consumo responsable para evitar que el calentamiento global dé un paso más.
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Antonio Lozano
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