Ninguna generación ha sido mejor preparada para desempeñar tareas de liderazgo como la actual. Su formación académica consiste en carreras y master, idiomas y experiencias prácticas en el extranjero. Cada vez más escuelas de negocios fomentan cursos de inteligencia emocional, las multinacionales ofrecen cursos de mindfulness para directivos y cada semana miles de ejecutivos reciben fielmente los boletines para recordar los "7 hábitos de la gente altamente efectiva".
¿Por qué entonces nos encontramos con cada vez más líderes jóvenes que se sienten perdidos ante tanta información y tantas mejores prácticas? ¿Es la sobrecarga de mensajes que nos ha llevado a un estado de desinformación? ¿O es otro elemento el que nos falta?
Desde el punto de vista de la Psicología Positiva, el panorama actual falla, no porque proporcione demasiada información, sino porque la lectura de esa información sobre "cómo liderar bien" contiene un supuesto erróneo: Con cada artículo o teoría nueva que nos llama la atención, nos hacemos una pregunta: ¿Lo hago bien o lo hago mal? Si pasamos la prueba y vemos que sí, efectivamente, cumplimos con las claves proporcionadas, nos sentimos aliviados y pasamos página. Al final, si ya lo estamos haciendo bien, por qué preocuparse más. Si por otro lado nos damos cuenta que no cumplimos con lo que nos piden los artículos o teorías, se nos enciende la alarma. ¿Y ahora qué?
Queridos líderes, os ofrezco un resumen práctico de lo que se espera de vosotros, tomad nota: a escuchar más y comunicar mejor, estar conscientes de las emociones presentes y tener claro los objetivos, preocuparse por el bienestar del equipo sin olvidar el rendimiento, reportar con confianza a los directores, defender a vuestra gente cuando las cosas van mal, pero mantenerse flexible para ir "la milla extra", nada de "micro-management", sino foco en el resultado sin olvidar que de vez en cuando el equipo va a necesitar ver al líder en acción, para aprender mediante su ejemplo.
Espero que tengáis unas cinco horas libres cada semana para implementar todos esos cambios en vuestra vida real. Espero que tengáis un coach, o a lo mejor dos (por si uno no da abasto con tantas exigencias). ¿Nos damos cuenta que así no puede funcionar el liderazgo?
Liderazgo basado en talento
Pensar que un líder tiene que ser un "todo en uno" para tener éxito es un error que muestra una gran falta de realismo. Según un estudio mundial de Gallup, los mejores líderes del mundo pueden ser bastante "todoterreno", pero pocas veces lo tienen "todo". Lo que sí hacen los mejores líderes es siempre construir su aportación sobre sus fortalezas personales.
Si nos fijamos en diferentes líderes, nos damos cuenta que todos son muy diferentes. No todos hacen lo mismo, ni tienen estilos parecidos, ni son perfectos en todo lo que hacen. Lo que normalmente vemos es un talento claro que han aprovechado y desarrollado hasta convertirlo en una ventaja competitiva personal. Y a partir de esa ventaja han construido su influencia y su éxito. Liderar no consiste en copiar a un supuesto líder perfecto, sino encontrar cuáles son nuestras fortalezas personales auténticas, existentes y utilizarlas para conseguir nuestros objetivos profesionales.
La primera generación de liderazgo analizaba los grandes líderes para extraer las claves o recetas de sus éxitos. De allí construimos teorías como la del liderazgo autoritario, democrático, auténtico, carismático y muchas más. Todo eso está fantástico y nos ha servido mucho para conocer de fondo el esqueleto de un posible estilo de liderazgo eficaz. Pero para llenar ese esqueleto con vida necesitamos encontrar un estilo de liderazgo que sea coherente con nuestro propio perfil de fortalezas. El liderazgo 2.0 asume que los mejores líderes alcanzan resultados parecidos, pero los caminos que eligen para llegar allí son tan diferentes como ellos mismos.
· Todos los líderes son diferentes, pero tienen un talento que aprovechan y desarrollan hasta convertirlo en ventaja competitiva personal
Fortalezas para liderar
En vez de copiar lo que ha funcionado a otro líder y pensar que nuestra capacidad de réplica determinará nuestra eficacia, hace falta cambiar las preguntas que nos hacemos. Las nuevas preguntas a contestar son ¿Qué fortalezas tengo y cómo como las puedo usar para liderar? ¿Qué fortalezas tiene mi equipo y cómo las puedo aprovechar para sacar lo mejor de cada uno de ellos? Son las preguntas que hacemos los coaches y formadores de fortalezas a nuestros clientes.
El poder del liderazgo basado en fortalezas es el que nos proporciona un beneficio tanto en el ámbito del bienestar como en el rendimiento. El uso de las fortalezas se relaciona con mayores niveles de bienestar y satisfacción laboral, una mayor concentración y una mayor sensación de vitalidad percibida y de allí mejores resultados empresariales. Dicho de otra forma, cuando una tarea nos permite utilizar nuestras fortalezas aguantamos más y trabajamos mejor, porque nos encanta hacer lo que hacemos. No nos importa esforzarnos, porque buscamos el reto de forma automática e intrínseca. Incluso nos da la fuerza necesaria para lidiar con esas tareas que menos nos apetecen.
Claves de liderazgo
Los líderes que trabajan desde sus fortalezas se caracterizan por cuatro claves:
(1) Conocen sus fortalezas y saben cómo ponerlas en uso.
(2) Utilizan esas fortalezas de forma óptima para alcanzar sus objetivos.
(3) Reconocen e invierten en las fortalezas de su equipo.
(4) Usan las fortalezas de formas nuevas y diferentes según las demandas diferentes de cada contexto.
No siempre es fácil seguir ese camino, porque la tendencia de querer arreglar lo que no funciona antes que potenciar nuestra ventaja personal es fuerte y muy arraigada en nuestra cultura e historia filogenética.
Primeros pasos
Todo es empezar. Aquí te propongo tres simples pasos que puedes poner en práctica para empezar a liderar desde las fortalezas hoy mismo:
(1) Identifica una o varias fortalezas que te permitan rendir a un alto nivel y además te hagan sentir bien contigo mismo.
(2) Aclara el objetivo que quieres conseguir en tu rol.
(3) Identifica diferentes vías para utilizar las fortalezas identificadas y alcanzar tu objetivo.
Si te resulta complicado identificar tus fortalezas o ponerlas en práctica, contrata un coach de fortalezas, apúntate a un gimnasio psicológico o a uno de nuestros cursos en liderazgo basado en fortalezas.
Verás que todo el potencial que llevas dentro es un tesoro repleto de posibilidades que puedes aprender a utilizar de formas sorprendentes y creativas para alcanzar tus objetivos y al mismo tiempo aumentar tu bienestar.
Contacto:
Eva Katharina Herber
Responsable de Formación del IEPP
Teléfono: 91 1268267
E-Mail: evah@iepp.es
