Innova.- Investigadores de la UPV estudian cómo aprovechar los residuos agrícolas como fuente de energía y reducir CO2

Europa Press C. Valenciana
Actualizado: viernes, 14 diciembre 2007 16:58

VALENCIA 14 Dic. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de investigadores del Departamento de Mecanización y Tecnología Agraria y del Instituto de Ingeniería Energética de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), coordinado por el profesor Borja Velázquez Martí, está estudiando cómo mejorar la obtención de biomasa residual agrícola en los cultivos mediterráneos --restos de poda de los residuos leñosos de los cítricos, la vid, olivos, árboles frutales o palmeras-- para aprovecharla como materia prima o fuente de energía y poder reducir las emisiones de CO2, informaron hoy fuentes de la institución académica.

Así, la utilización de la biomasa como fuente de energía contribuirá a reducir las emisiones de CO2 y la dependencia de los combustibles fósiles. De hecho, la biomasa podría satisfacer el 15 por ciento de la demanda eléctrica de los países industrializados en el año 2020 y entre sus beneficios, supone además una renta complementaria a la agricultura tradicional, al ser otra fuente de ingresos para los productores, destacaron las mismas fuentes en un comunicado. El proyecto de los investigadores de la UPV estudia también el aprovechamiento industrial de los residuos agrícolas

Según señalan los expertos, la utilización de la biomasa como fuente de energía contribuirá a luchar contra el sobrecalentamiento del planeta, reduciendo las emisiones de CO2 que provocan el efecto invernadero, al tratarse de una energía neutral en la emisión de dióxido de carbono. Además, ayudaría a incrementar las rentas agrícolas por ser otra fuente de ingresos para los productores.

Sin embargo, tal y como apunta el coordinador del proyecto, la recogida de biomasa en los campos de la cuenca mediterránea para su uso energético o industrial es hoy muy reducida, debido fundamentalmente a las dificultades técnicas que conlleva. En la mayoría de los casos, estos residuos agrícolas se amontonan o queman en el propio campo, lo que supone un impacto medioambiental y un nulo beneficio económico, además del elevado riesgo de incendio forestal en aquellas zonas cercanas a áreas forestales.

El trabajo de los investigadores de la UPV permitirá mejorar y rentabilizar las operaciones de extracción, manipulación y transporte, facilitando así la utilización energética de esta biomasa.

El profesor Borja Velázquez manifestó que "queremos determinar la cantidad y el tipo residuos que se están produciendo, dónde se están originando, así como adaptar la tecnología y sistemas de trabajo existentes a la agricultura mediterránea".

BENEFICIOS AGRICULTURA

Además del beneficio medioambiental, el desarrollo de esta tecnología supone un "complemento a la agricultura tradicional alimentaria", recalcó Velázquez. En su opinión, en una coyuntura como la actual, "marcada por un creciente desinterés hacia el campo", la producción de energía supone una gran oportunidad para todos los agricultores.

"Además del rendimiento que pueda sacarle a su propia cosecha, podrá aprovecharse también el ingreso por los materiales destinados a la obtención de energía a partir del residuo agrícola, que le puede reportar nuevos beneficios económicos", apuntó el profesor de la UPV.

Asimismo, la mejora de esta tecnología reportará también beneficios en otros sectores industriales, como la propia industria agrícola y hortofrutícola, o el sector de la madera.

Según explicó el profesor Velázquez, los residuos agrícolas pueden utilizarse también para obtener compost --abono orgánico--, mulch para jardinería y horticultura --compuesto que regula la temperatura del suelo y reduce las pérdidas de agua--, mantas orgánicas - tejidos orgánicos biodegradables que favorecen la implantación de vegetación-, o tableros aglomerados.

En el marco de este proyecto, los investigadores de la Politécnica desarrollarán una 'Guía de discriminación de materiales', que permitirá conocer qué materiales residuales procedentes de los cultivos agrícolas son útiles exclusivamente para obtener energía, y cuáles pueden tener otros usos además de este.

El proyecto, financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia, se encuentra actualmente en su fase inicial. Concluirá en el último trimestre de 2010.

Según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Asociación Europea de la Industria de la Biomasa (AEBIOM) del año 2004, la biomasa podría llegar a satisfacer el 15% de la demanda eléctrica de los países industrializados en 2020.

Asimismo, según este mismo estudio, la utilización como combustible de la biomasa generada a partir de productos agropecuarios y forestales podría ayudar a reducir aproximadamente en mil millones de toneladas anuales las emisiones de CO2.

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