ALICANTE, 23 May. (EUROPA PRESS) -
La defensora saharaui de Derechos Humanos, Aminattou Haidar, consideró hoy que el Gobierno español "debe cumplir sus responsabilidades legales, históricas y jurídicas" con el pueblo saharaui y abandonar "su silencio", ya que en caso contrario, si "sigue siendo cómplice" del Gobierno marroquí, "será responsable de un genocidio" que se está cometiendo en la zona.
Aminattou Haidar, galardonada con el V premio Juan María Bandrés a la Defensa del Derecho de Asilo y la Solidaridad con los Refugiados, otorgado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado en su edición de 2006, explicó hoy en Alicante su trayectoria como activista de los Derechos Humanos en su país, así como las torturas y encarcelamientos que ha sufrido desde los veinte años.
Así, en un encuentro con los medios de comunicación en el Ayuntamiento de Alicante, preguntada por la actuación del Ejecutivo español, Haidar manifestó que el pueblo saharaui "desgraciadamente no ha palpado ninguna ayuda por parte del Gobierno español", aunque sí "un gran movimiento de solidaridad de la población civil española" que el pueblo saharaui tiene en "alta consideración".
En este sentido, aseguró que los saharaui están "muy decepcionados con el Gobierno español", que "después de treinta años sigue cerrando los ojos" ante "el sufrimiento de este pueblo", de cuya situación es, a su juicio, "responsable".
De este modo, Haidar consideró que el Gobierno español "lo que debe hacer es cumplir sus responsabilidades, legales, históricas y jurídicas porque el Sahara es una colonia española" y "si el Gobierno español sigue en su silencio será responsable de un genocidio y volverá a los vergonzosos acuerdos tripartitos de Madrid".
Desde su punto de vista, estos acuerdos "han sido la clave para que el Gobierno marroquí perpetre" ataques a la población civil "con napalm y fósforo blanco" para que pueda "tirar personas desde helicópteros", para que llegue a "enterrar personas vivas" y realizar "envenenamientos despiadados en pozos de agua", tal y como se hizo "en la época de Hasan II".
"ESCUELAS CUARTELES"
Aminattou Haidar, quien está recorriendo España para dar a conocer su historia, expuso la situación del pueblo saharaui, en la que "los niños sufren de una manera diaria" porque "las escuelas son cuarteles militares", y en la que "no tenemos derecho a manifestarnos, no tenemos derecho a la libre expresión, no tenemos derecho de asociación".
Haidar, de 39 años, fue encarcelada por primera vez a los veinte, después de que entraran en casa de sus padres por la noche y se la llevaran. Pasó cuatro años en una prisión escondida "totalmente aislada del mundo exterior" y con "los ojos vendados", después de tres semanas ininterrumpidas de torturas.
"Pasé todo ese tiempo con los ojos vendados, no teníamos ventilación, ni sol, ni posibilidad de ducharnos, ni tan siquiera atención médica", relató Haidar, quien narró que "los insectos vivían de nuestros cuerpos, debido a la extrema suciedad" y "la comida estaba repleta de estos insectos también". "Todo ello estaba acompañado de palabras que hieren la dignidad" y de "la amenaza diaria de agresiones sexuales", apostilló.
En mayo del pasado año Aminattou Haidar volvió a ser encarcelada por "participar en manifestaciones pacíficas por el derecho a tener una vida digna". Tras las manifestaciones, "violenta y salvajemente reprimidas", ha habido "centenas de víctimas, decenas de casas destruidas en plena noche, centenas de desaparecidos y de arrestos de activistas de los Derechos Humanos".
En una de estas manifestaciones, sufrió "una paliza con heridas graves en la cabeza, que le causaron una hemorragia". "Me dejaron tirada, nadando en mi sangre. Querían liquidarme", explicó. Después, el activista de Derechos Humanos que la llevó en su coche, "también sufrió una represión".
A pesar de ello, Haidar fue "secuestrada de la salida de urgencias" y trasladada "sin orden de detención" a Comisaría, donde permaneció tres días. Según Haidar, fue interrogada por su "relación con los activistas, con organizaciones internacionales de Derechos Humanos y mi relación con las asociaciones de Amistad con el Pueblo Saharaui, especialmente con las españolas".
Fue condenada a la "cárcel negra" de El Aaiún, "un gran honor para todos los activistas", donde siguió varias huelgas de hambre, una de las cuales duró 51 días. "Estoy amenazada y perseguida, recibo todos los días amenazas de asesinato por teléfono, incluso mis hijos han sido interrogados", aseguró.
"Esta represión sigue hasta hoy", incluso "con la presencia de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU", presente en El Aaiún los días 16, 17 y 18 de mayo, en los que "105 personas han sido torturadas", concluyó.