El arzobispo de Valencia invita a los católicos a permanecer "unidos al Papa sin miedo" y a recibir "su sabiduria pura"

Europa Press C. Valenciana
Actualizado: miércoles, 20 septiembre 2006 20:00

VALENCIA 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, invitó hoy a los católicos a permanecer "firmes, unidos al Papa, sin miedo", durante su discurso en el acto de apertura del curso académico 2006-2007 de la Universidad Católica de Valencia 'San Vicente Mártir' (UCV), que presidió hoy el prelado, informaron fuentes del arzobispado a través de Avan.

García-Gasco, que es también gran canciller de la UCV, afirmó que "estamos recibiendo una sabiduría pura y transparente" del Sumo Pontífice y añadió que "del Papa y del Evangelio aprendemos la tolerancia frente a la intolerancia; la libertad frente a la sumisión; el humanismo frente al fanatismo; la conciencia frente a la violencia".

Igualmente, el arzobispo manifestó que "en Benedicto XVI nuestra época vuelve a experimentar ejemplarmente, una vez más, que aquí en la tierra no existe valor más sublime que el hombre libre, independiente y espiritual".

El prelado indicó, además, que "la razón abierta a Dios es fuente de paz y entendimiento entre las culturas, rechaza la violencia y promueve el verdadero progreso y la libertad de los pueblos". También, dijo, "la razón abierta a Dios nos invita al diálogo, al rechazo del fanatismo, al respeto profundo a la dignidad de toda persona humana en todas las fases de su existencia". Sin embargo, el arzobispo lamentó que "en demasiados ambientes se difunde una cultura que pretende prescindir de Dios, considerando que la razón no puede ocuparse de su conocimiento".

En este sentido, García-Gasco señaló que la "gran tarea" de la Universidad es "redescubrir constantemente esta amplitud de la razón" e invitó "a nuestros interlocutores a encontrar este gran 'logos'".

El arzobispo también advirtió que las religiones, "desde el instante en el que recurren al terror para uniformar y reglamentar las vidas ajenas, dejan el terreno de lo religioso para entrar en el de la violencia y la brutalidad" y añadió que "hasta la más legítima de las verdades, si es impuesta a otros por medio de la violencia, se convierte en un grave pecado contra Dios", concluyeron las citadas fuentes.

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