Barberá y miembros del Gobierno esperaron a Camps en el Palau, que habló con Rajoy por teléfono

Actualizado: lunes, 3 agosto 2009 20:42

VALENCIA, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y miembros del Ejecutivo valenciano fueron acercándose este mediodía al Palau de la Generalitat para aguardar la llegada del jefe del Consell, Francisco Camps, tras conocerse la decisión de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) de sobreseer la causa abierta por un supuesto delito de cohecho contra el presidente de la Generalitat y los otros tres imputados en el proceso judicial en el que se investiga la trama valenciana del caso Gürtel. El presidente de la Generalitat también habló por teléfono con el dirigente nacional del PP, Mariano Rajoy.

El jefe del Consell acudió al Palau de la Generalitat andando y sonriente y, ante los medios de comunicación, que se encontraban esperándole en la puerta, aseguró que se encontraba "muy contento" por el sobreseimiento de la causa. Dentro le aguardaba la alcaldesa de Valencia, además de algunos de sus consellers, que se habían ido concentrando a partir de las 12.30 horas, cuando se conoció la decisión de la sala.

En concreto, esperaban a Camps los tres vicepresidentes del Consell, Vicente Rambla, Gerardo Camps y Juan Cotino, y los consellers de Justicia, Paula Sánchez de León; Turismo, Angélica Such; Agricultura, Pesca y Alimentación, Maritina Hernández; y Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, José Ramón García Antón, que quisieron acompañar al presidente tras hacerse pública la decisión judicial, según informaron a Europa Press fuentes de la Generalitat.

Además, el jefe del Consell también mantuvo una conversación telefónica con el presidente del PP, Mariano Rajoy, y recibió numerosas felicitaciones de personas públicas y anónimas, que le mostraron su satisfacción por el sobreseimiento de la causa. Las mismas fuentes subrayon que hoy Camps mantuvo su actividad al frente del Consell "con total normalidad".

La alcaldesa de Valencia y otros miembros del Consell ya estuvieron junto a Camps en otro momento clave del proceso, cuando el pasado 20 de mayo tuvo que comparecer como imputado ante el magistrado instructor de la causa. A las puertas del TSJCV, donde declaró por espacio de 45 minutos, le esperaban los tres vicepresidentes del Consell, Vicente Rambla, Gerardo Camps y Juan Cotino, así como Barberá, que habían llegado unos minutos antes de que el jefe del Consell accediera al Palacio de Justicia. Al término de su comparecencia, volvieron de nuevo a arroparle.

En esa ocasión, Camps se mostró "muy satisfecho después de haber contado ya mi opinión respecto a lo que ha ocurrido en estos días y estos meses". "Muy satisfecho y muy contento. Y esperando que esto vaya lo más rápido y mejor posible. Estoy convencido", dijo. En sus declaraciones a los medios audiovisuales también aseguró estar "muy satisfecho de contar la verdad".

El jefe del Consell siempre ha defendido su inocencia. El pasado 10 de marzo, en un foro organizado por un medio de comunicación, Camps aseguró que él se paga sus trajes, --algo que reiteró en su declaración ante el magistrado instructor-- y que tenía "tranquilidad absoluta" en relación con la investigación. Añadió que "nadie ha demostrado nada" sobre posibles adjudicaciones sospechosas por parte de su Gobierno, calificó de "tremendamente injusto" que se intente "sembrar una duda de sospecha" y se mostró convencido de que las "cosas volverán a su cauce".

Camps estuvo en esa ocasión acompañado por, entre otros, el presidente nacional, Mariano Rajoy, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón, el presidente fundador, Manuel Fraga, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente del PP andaluz, Javier Arenas.

PRIMERA COMPARENCIA, EN FEBRERO

La primera comparecencia pública de Camps, en relación con este proceso, se remonta al pasado 19 de febrero, cuando salió a desmentir "de pleno" las informaciones publicadas ese mismo día que le vinculaban con la investigación de una trama de corrupción iniciada por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, dentro de la 'operación Gürtel'.

Camps, en una declaración leída en el Palau de la Generalitat flanqueado por todo su gobierno, salvo un conseller por motivo de salud, y la alcaldesa de Valencia, enmarcó esta implicación en "un proceso abierto contra todo el PP", y anunció que emprendería todas las acciones legales "en defensa de su honor, del PP y del cargo que representa". Así, apuntó que su "culpa" deben ser las encuestas que le dan una mayoría superior a las pasadas elecciones sobre el Partido Socialista.

El pasado 7 de julio, un día después de conocerse la decisión del magistrado instructor de considerar que los hechos atribuidos a Camps y al resto de imputados, podían ser constitutivos de delito. El jefe del Consell aseguraba entonces que la verdad "está más cerca que nunca" y que quedan "uno o dos escaloncitos y entonces toda esta cuestión tan extraña, absurda y estrafalaria habrá pasado al pasado".

RECURSOS ANTE EL MAGISTRADO

En los recursos contra las decisiones judiciales adoptadas en el TSJCV y por el instructor en relación con la causa, Camps destacó las "contradicciones" del que ha sido testigo de cargo en la causa, el sastre de Milano y Forever Young, José Tomás, y sostenía que en los hechos no había "ningún elemento fáctico" que permitiera concluir que los supuestos regalos "tuvieran que ver con la condición de autoridad y no con la que ostentaba en el PP, no existiendo una conexión causal entre la dádiva o regalo y la función de autoridad".

Asimismo, estimaba que se excluía la tipicidad "por la existencia de usos sociales, derivados de los actos del partido y las buenas relaciones existentes con Álvaro Pérez", según se explica en el auto de la sala conocido hoy. El presidente aseguraba que devolvió los trajes adquiridos en Milano y, en el caso de Forever Young, que se atribuían a compras hechas por él pagos y recibos realizados con anterioridad a la hipotética compra y que no cuadraban cifras.