El Bloc Jove reclama a Figueres la "despolitización" de la AVL y "la defensa de los derechos lingüísticos"

Actualizado: viernes, 20 octubre 2006 17:48

VALENCIA, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Bloc Jove reclamó hoy a la presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), Ascensió Figueres, tras ser reelegida en su cargo, la "despolitización" de la institución y "la defensa de los derechos lingüísticos".

Fuentes del partido declararon "respetar el resultado adoptado por los académicos" e insaron a la presidenta a "garantizar la independencia del ente normativo frente a los intentos desestabilizadores de algunos sectores políticos".

Al respecto, reclamaron que este nuevo periodo al frente del ente "no esté acompañado de interferencias tan desagradables para el funcionamiento de la AVL como la que significó la irrupción del conseller de Cultura, Alejandro Font de Mora, como si se tratara de un golpe de estado", en referencia al "episodio vivido cuando se intentó aprobar el dictamen sobre la doble denominación de la lengua".

En esta línea, el portavoz de la organización valencianista, Pere Fuset, pidió a Figueres que "actúe con la lealtad que le debe a la lengua, y no a los partidos políticos", para hacer de la AVL "un instrumento útil, para la plena normalización del valenciano y contra los intentos para conflictivizarla y fragmentarla a nuestra sociedad".

Recordó que la Acadèmia aprobó por unanimidad "la unidad lingüística", por lo que emplazó "coherentemente" a los académicos a "coordinar los trabajos de la institución con los del resto de los entes normativos de nuestro dominio lingüístico".

Además, la organización mostró su deseo de que la Acadèmia "defienda los derechos lingüísticos de los valencianos, aunque recortados en nuestro país por algunas administraciones públicas y empresas", una situación frente a la que la institución "no debería de esconder la cabeza".

Por ello, consideró "muy necesario" que la AVL pueda constituir una comisión u oficina de garantías lingüísticas donde "se puedan recoger las quejas de los ciudadanos cuando ven amenazados sus derechos como usuarios de la lengua". Una función que, dijo, hasta el momento, "nada más se asume desde el propio tejido asociativo" y que haría "creíble el papel de la AVL".