Condenan a una conservadora a cárcel por estafar a un exdirector del IVAM

Actualizado: jueves, 12 marzo 2015 17:15

VALENCIA, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -

La sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a una conservadora a dos años de prisión por estafar 278.660 euros al exdirector del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) Kosme de Barañano y a su mujer con una falsa inversión privada que le propuso en Argentina, y que supuestamente iba a producir un rendimiento de un siete por ciento anual.

El tribunal condena a esta mujer por un delito continuado de estafa de especial gravedad, y junto a la pena de prisión le fija el pago de una multa de 2.400 euros y una indemnización para el matrimonio estafado de 303.260,83 euros --los 278.660 euros que les defraudó más los intereses legales correspondientes--. La mujer negó las acusaciones durante el juicio y reiteró que todo el tema económico y las ventas las llevaba su marido, ya fallecido.

Los hechos se remontan al año 2000, cuando Barañano era director del IVAM --lo fue desde 2000 a 2004-- y la condenada, una conservadora del museo. A los pocos meses de ser nombrado director, conoció al marido de su compañera de trabajo en una exposición que tuvo lugar en la Fundación Bancaja, donde su mujer trabajaba.

La condenada hizo creer al matrimonio que su marido era experto en inversiones y que en aquellas fechas (2003) había hallado una inversión muy provechosa en título de la filial argentina de una compañía de telefonía.

El matrimonio, confiado en lo que la condenada y su marido les contaban, les entregaron distintas sumas de dinero mediante cheques, pagarés, transferencias bancarias y entregas en efectivo desde finales de noviembre de 2003 hasta octubre de 2005. Sin embargo, debido a la confianza que había entre ellos, no suscribieron contrato o recibo alguno para acreditar las cantidades que entregaban y el destino que debía darse a las mismas.

Conforme tenían planeado desde el principio, la condenada y su marido no efectuaron transferencia alguna a Argentina ni invirtieron el dinero ni lo conservaron, sino que lo ingresaron en cuentas suyas privadas y lo destinaron a sufragar gastos corrientes.

En febrero de 2005, tras pedirle el matrimonio que les dieran alguna garantía de devolución de las cantidades entregadas antes de transferirles otras, la condenada y su marido les entregaron dos pagarés por importes de 50.000 y 150.000 euros que no fueron atendidos en sus fechas de vencimiento.

El tribunal considera probado que la condenada actuó con la "clara intención" de obtener un lucro ilícito mediante el desplazamiento patrimonial de los querellantes llevado a cabo mediante un "engaño" urdido por la condenada y su esposo fallecido.

A SU TREN DE VIDA

"Resulta evidente --señala el tribunal-- que la acusada y su difunto marido no pretendieron en ningún momento llevar a cabo las inversiones en Argentina, sino que simplemente se apropiaron de las cantidades y las emplearon para sufragar sus gastos de vida corrientes, o lo que es lo mismo y como señaló el perito, a 'tapar agujeros' dado que los ingresos que percibía el matrimonio no alcanzaban ni de lejos para sostener el tren de vida que llevaban".

La Audiencia destaca en este sentido que los ingresos mensuales del matrimonio no alcanzaban para sostener su ritmo de gastos. "El perito judicial fue tajante, tanto en su informe, que no ha sido impugnado, como en su declaración en el plenario: el matrimonio 'vivía a crédito' y 'tapando agujeros'".

Las cantidades entregadas por el matrimonio se ingresaban en las cuentas del matrimonio, en las mimas en las que se cargaban sus gastos por tarjetas de crédito, colegios, seguros, recibos de agua o luz, "por lo que por más que la acusada quiera negar que fuera parte en las conversaciones con el matrimonio, o que conociera lo que hacía su marido con el dinero, está claro que era perfecta conocedora" de los hechos.

Los magistrados insisten en que el "engaño" fue urdido por el matrimonio "conjuntamente" y la participación de la mujer resultó "esencial", ya que "era ella la que contaba con la confianza de los querellantes y en la que éstos confiaron creyendo que efectivamente su marido era un experto inversor, cuando en realidad no tenía formación ni experiencia en finanzas, y mucho menos podía ser considera un experto".

DIFÍCIL ACEPTAR EL ENGAÑO

Barañano explicó durante el juicio que descubrieron el engaño cuando murió la madre de la acusada y posteriormente el esposo. "Ahí es donde se vio claramente que no íbamos a recuperar el dinero. Es un momento difícil, es difícil aceptar que le han estafado a uno". Tras ello se enteraron de que al parecer la pareja había estafado a más gente. De hecho, también recordó que su trabajadora le dijo en una ocasión, medio en broma, que había estafado a un director anterior con una plaza de garaje.

La mujer del exdirector explicó que ella personalmente se encargó de hacer las entregas de dinero, y repitió que la conservadora era conocedora tanto de ello como del fraude. "Ella nos había presentado a su marido y nos dijo que era un hombre de negocios y un inversor. Cuando le entregaba el dinero era a él, pero ella también estaba delante muchas veces", ha indicado.

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