El Consell reclama al Gobierno que defienda en Bruselas un tratamiento singular para los cítricos y el vino

VALENCIA 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

El conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación, Juan Cotino, reclamó hoy que el Gobierno estatal defienda en la Unión Europea los intereses de la agricultura valenciana ante las reformas de las OCM de frutas y hortalizas y del vino y del próximo programa de Fondos de Desarrollo Rural. En concreto, reivindicó un "tratamiento singular" para la citricultura y el vino porque, dijo, es posible y "necesario" para el futuro de estos dos sectores en la Comunitat.

Cotino compareció en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell, donde presentó un informe en el que se recogen los principios básicos que, a juicio del Gobierno valenciano, el Ejecutivo estatal debe defender ante Europa de cara a las nuevas dos OCM, actualmente en fase de preparación, y en el Programa Europeo de Desarrollo Rural 2007-2013.

El documento se basa en las conclusiones obtenidas esta misma semana por la delegación de la conselleria de Agricultura en Bruselas tras los encuentros mantenidos con responsables tanto de la Comisión Europea como del Parlamento Europeo.

Cotino indicó que en su visita a Bruselas ha podido comprobar que el gobierno de España "no está haciendo sus deberes", ya que, según señaló, no ha presentado todavía las propuestas sobre desarrollo rural para garantizar la llegada de los fondos necesarios a partir de 2007. Asimismo, tampoco ha aportado el documento común acordado por las comunidades autónomas productoras de frutas y hortalizas el pasado mes de abril.

El titular de Agricultura instó al Gobierno estatal a "tomar postura y escuchar a las comunidades autónomas", al tiempo que destacó la necesidad de que el Ejecutivo demande un "tratamiento singular" para la citricultura y el sector del vino porque ello es "posible" dentro de la reforma de las respectivas OCM, dijo, y "necesario para sacar adelante a la citricultura de nuestra comunidad de los baches que está pasando".

Respecto a las ayudas para desarrollo, aseguró que todos los estados miembros, excepto la República Checa y España, ya han presentado sus propuestas. "Si ahora es el momento en el que se están elaborando los presupuestos para el próximo período y nuestro gobierno no aporta nada, vamos a perder una gran cantidad de dinero de los fondos de desarrollo rural, que afectará principalmente a las autonomías que, como la Comunitat Valenciana, han sido Objetivo 1 en 2000-2006", aseveró.

Así, indicó que tras la ampliación de la Unión Europea y la entrada de nuevos países, España "puede llegar a perder el 50 por ciento de los presupuestos, mientras que otros sólo dejarán de percibir un 20 por ciento", lo que achacó a que el Gobierno "no ha hecho una buena negociación".

"COMUNITAT VERDE"

Asimismo, entre los ejes que, según el Consell, deben inspirar los principios básicos de la reforma de la OCM de frutas y hortalizas, Cotino destacó la necesidad de disponer de ayudas para garantizar el agua suficiente "si queremos tener una Comunitat Valenciana verde". En este punto, especificó que en los últimos años, el Gobierno valenciano ha destinado el 50 por ciento de los fondos recibidos de Europa a obras de modernización del regadío, lo que ha permitido alcanzar el 65 por ciento de la superficie modernizada frente al 8 por ciento de la media estatal, subrayó.

El documento presentado por el conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación ante el pleno incluye un decálogo en el que se recogen los principios básicos que deben incluirse en las reformas de las OCM de frutas y hortalizas y del vino. En primer lugar, con el fin de aumentar la concentración de la oferta, el Consell considera que es "necesario que las políticas europeas potencien las organizaciones de productores de frutas y hortalizas e incrementen los fondos para la modernización del sector desde el 4,1 al 6 por ciento del valor de la producción comercializada".

Asimismo, el informe apuesta por la creación de una red europea regional de Observatorios de Precios que funcione con criterios homogéneos en toda Europa, aplicando el principio de subsidiariedad, así como mejora de la competitividad del producto en fresco, para lo que la Generalitat defiende el incremento de las ayudas para la retirada de un porcentaje de los calibres industriales y la transformación de los cítricos.

Otro de los puntos fundamentales para asegurar el futuro de un sector como el de las frutas y hortalizas, que representa el 65 por ciento de la producción agrícola de la Comunitat Valenciana, es garantizar la seguridad alimentaria y fitosanitaria de los productos importantes de terceros países aplicando estrictas medidas de control y vigilancia.

Además, la propuesta presentada por Cotino aboga por evitar los efectos negativos de la "triangulación" derivada de las ayudas por superficie de modo que la superficie que recibe una ayuda por pago único no pueda dedicarse a las frutas y hortalizas.

Respecto a la OCM del vino, durante las reuniones celebradas esta semana en Bruselas, el conseller defendió que las ayudas europeas previstas para los próximos años incidan en la mejora de los viñedos a través de la reestructuración y la reintroducción de variedades autóctonas así como en el fomento de la calidad y el incremento del embotellado para aumentar la competitividad. El decálogo incluye también medidas conjuntas la promoción del consumo de las frutas, las hortalizas y el vino.

Finalmente, reivindica la necesidad de que se garantice el futuro de los regadíos de la Comunitat mediante las actuaciones de modernización de los sistemas para ahorrar recursos hídricos, el trasvase de aguas sobrantes entre cuencas y la reutilización de las aguas procedentes de las plantas depuradoras de aguas residuales.

Por otro lado, Cotino abogó por el mantenimiento de las ayudas destinadas al desarrollo rural entre el período 2007-2013 con las mismas cuantías que las recibidas durante 2000-2006, así como el fomento de planes de recuperación demográfica de estos territorios.

Además, el documento defiende la inclusión de apoyos para incentivar el cultivo y la explotación en común así como la modernización de los regadíos como ejes de desarrollo de estas zonas. Por último, reivindica el reconocimiento de la función medioambiental de la agricultura en la conservación de hábitats y especies, por lo que insta a que se compense a los agricultores por los mayores costes de producción que esta función supone.