Consumo recuerda que un protector solar seguro debe ser resistente a los agentes externos y a los rayos UVB y UVA

Actualizado: viernes, 23 junio 2006 13:42

VALENCIA, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -

La conselleria de Empresa, Universidad y Ciencia, a través de la dirección general de Seguridad Industrial y Consumo advirtió hoy que un protector solar seguro debe reunir una serie de características como la resistencia a las radiaciones y agentes exteriores como el agua y el aire y una adecuada protección a las radiaciones solares con filtros para los rayos ultravioleta UVB y UVA.

Al respetco, recordó que es importante tener en cuenta que existen dos tipos de rayos UV peligrosos: los rayos UVB, que causan las quemaduras solares, y los rayos UVA, que provocan un envejecimiento prematuro de la piel, afectan al funcionamiento del sistema inmunitario y agravan considerablemente el riesgo de padecer cáncer de piel.

El consumidor debe saber que el denominado factor de protección solar (FPS) sólo indica una protección contra los rayos UVB, causantes de las quemaduras solares, pero no frente a los rayos UVA.

Por ello, a la hora de adquirir estos productos se debe valorar la facilidad de su aplicación de manera que cubran la piel de forma homogénea, aunque en el caso de bebés y niños pequeños el protector solar no garantiza la protección total.

Además, se debe tener en cuenta que tan importante es la elección del producto como su correcta aplicación. Por ejemplo, para lograr la protección indicada por el factor de protección solar se requiere una cantidad de 2mg/cm2 que cubra todo el cuerpo, por lo que puede necesitarse hasta un tercio de un frasco pequeño. Además, es preciso renovar con frecuencia la misma cantidad.

FOTOTIPOS DE PIEL

Desde la dirección general de Seguridad Industrial y Consumo se recomienda a los consumidores que el protector elegido se adecue al fototipo de piel de cada persona para maximizar sus posibilidades de defensa ante las agresiones solares y que tengan en cuenta que dependiendo de las características de la piel de cada persona variará la frecuencia de uso.

Cuanto más bajo es el fototipo de piel y más tiempo se prolonga la exposición al sol, más alto es el índice de protección que la piel necesita y no debemos confiarnos aunque se trate de un bronceador resistente al agua o con un alto índice de protección porque al secarse se pierde gran parte de la crema que se haya aplicado.

Los tipos de piel de la población europea pueden clasificarse en cuatro fototipos de piel básicos I, II, III y IV de acuerdo con la Directiva Europea DIN5050. Estos fototipos corresponden en orden creciente a las personas de piel muy clara, con el pelo claro, pecas y ojos azules, personas de piel normal, ojos grises o marrones, y pelo rubio oscuro o castaño y personas de piel morena, pelo oscuro y ojos oscuros y negros.

Además, existen los fototipos V y VI, correspondientes a la población con cabellos y ojos oscuros y con piel más oscura, que no sufren quemaduras al exponerse al sol y que se broncean con facilidad en poco sesiones.

Con todo, los productos solares no son más que una de las medidas que puede tomar para protegerse contra los rayos UV procedentes del sol ya que también puede hacerlo evitando la exposición demasiado prolongada al sol durante las horas de más intensidad, llevando ropa ligera y sombrero o gorra.

Del mismo modo, se puede utilizar protectores labiales y gafas de sol con filtros adecuados. La crema protectora debe aplicarse antes de la exposición al sol y se debe evitar el uso de colonias y perfumes ya que pueden provocar reacciones en la piel. Además, aunque el día esté nublado es aconsejable aplicar el protector, especialmente con mayor frecuencia los primeros días.

Asimismo, se debe evitar por completo que los bebés y los niños pequeños estén expuestos directamente a la luz solar además, con ellos hay que utilizar las cremas de más alta protección y renovarlas periódicamente y en abundancia. Aún así es necesario que beban agua continuamente y que utilicen gorros, incluso estando a la sombra, ya que los rayos solares se reflejan en la arena, el agua o la nieve.