VALENCIA 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
La galería Visor de Valencia inaugura hoy la exposición 'Terra de nadie', del fotógrafo Enrique Carrazoni que consta de tres fotografías de gran formato y una instalación realizada específicamente para el espacio en la que, a través de la imagen de muros maltratados y pintados de barrios de la ciudad, invitan al espectador a "reflexionar sobre la realidad que le rodea", según informaron fuentes de la sala.
En esta ocasión, el trabajo del autor valenciano "funde el espacio expositivo, situado en el casco histórico de la ciudad, cargado de la inevitable memoria histórica e idiosincrasia que posee este tipo de edificación -espacios pequeños y decadentes, techos altos, vigas de madera, suelo antiguo- y las obras presentadas, que imágenes de muros maltratados y pintados de barrios de Valencia, nos hace reflexionar sobre las posibles interpretaciones del muro". La ciudad de Valencia se encuentra "plagada de innumerables muros, que a modo de ruina hacen reflexionar al ciudadano sobre la realidad que le rodea", recordaron las mismas fuentes.
En el caso de 'Terra de nadie', los muros utilizados poseen referencias físicas pero también psicológicas y políticas. Se trata de "barreras que dividen el espacio e impiden ser atravesadas, pero que por medio de múltiples agujeros dejan ver, a modo de ventanas, lo que sucede al otro lado, y de celosías que hacen que el espectador no pueda ver con claridad la totalidad de la realidad que esconde", explicaron.
La instalación está compuesta por dos fotografías murales, de 105 por 400 centímetros cada una, una transparente y otra translúcida, de manera que el espectador ha de completar un juego visual, asomándose y mirando a través de los huecos facilitados en la primera imagen para contemplar la segunda. De esta forma se obliga al visitante a completar la visión y significado de la pieza, impidiendo contemplar la globalidad de la obra de una sola mirada.
Ambos murales van solapados aunque separados entre sí por unos 50 centímetros y suspendidos en el espacio por cables, dotando a la obra de un cierto aire frágil y etéreo, el cual contrasta con el significado de la imagen reproducida.
En definitiva, Enrique Carrazoni plantea a través del medio fotográfico "una doble visión donde la propia realidad impone al ser humano: pasividad y confusión", concluyeron.