Cultura.- IVAM exhibe en Shangai (China) esculturas en hierro de Julio González, Martín Chirino, Alfaro y Miquel Navarro

Europa Press C. Valenciana
Actualizado: jueves, 6 julio 2006 19:52

VALENCIA 6 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) inaugura hoy en el Shangai Urban Planning Exhibition Center (SUPEC) de Shangai (China) la exposición titulada 'La alquimia de los herreros', que pone de manifiesto la importancia de la invención de la escultura en hierro en la obra de Julio González y la influencia que ha proyectado sobre sucesivas generaciones de artistas españoles que han empleado de manera recurrente este material, como Martín Chirino, Andreu Alfaro y Miquel Navarro, según informaron hoy fuentes del museo.

La muestra, que se exhibirá en el centro chino hasta el próximo 31 de agosto, es el resultado de un convenio de colaboración entre el IVAM y el Shangai International Culture Association (SICA). Este acuerdo regula un intercambio de exposiciones entre las entidades que propone dicha organización en China y el IVAM. El proyecto ha contado además, con la colaboración de la delegación de la SGAE en China.

Desde la constitución del IVAM, la obra de Julio González configura el núcleo fundacional de la colección del museo. Su obra introdujo nuevas referencias en la escultura, no sólo en España sino también en otros países, como demuestra el número de trabajos suyos que se encuentra en museos de todo el mundo.

Junto a la producción de Julio González, la colección del IVAM alberga 18 obras de Andreu Alfaro, y tras la reciente donación del escultor Miquel Navarro que ha aportado 530 obras entre pinturas, collages, dibujos, esculturas y libros del artista, recientemente se han incorporado cinco obras donadas por Martín Chirino, resaltaron estas fuentes.

'La Alquimia de los Herreros' muestra una selección de los mejores trabajos de estos cuatro escultores. Además ofrece una descripción de su estética personal y proyecta los puntos de conexión entre ellos. En la muestra se establece un diálogo entre las esculturas y dibujos realizados por estos cuatro artistas fundamentales en la colección del IVAM y cuyas obras, reconocidas internacionalmente, son realzadas mediante esta presentación conjunta.

Los organizadores de la exposición aseguraron que es imposible imaginar la escultura moderna española sin remitirse a esa veta arcaica, animista, mágico primitivista, en la que subyacen indiscriminadamente arte y objetos tecnológicos.

Así, las esculturas filiformes de Picasso poseen casi imperceptibles características antropomórficas, mientras Julio González con sus esculturas en chatarra enfrenta a la sociedad tecnológica moderna al apropiarse de sus procedimientos tecnológico-industriales y, paradójicamente, evocar el mundo mágico del herrero ibérico, argumentaron.

En los últimos años, Andreu Alfaro ha practicado una escultura que privilegiaba los contornos antropomorfos y era predominantemente lineal, inscribiéndose en la tradición de González de considerar a la escultura como "dibujo en el espacio". Martín Chirino, por su parte, se vincula con el trabajo de la forja del hierro: sus primeras esculturas son similares a herramientas y, entre las últimas, se encuentran tributos explícitos también en sus títulos --'Homenaje a Julio González'.

Asimismo, alguna de las 'Ciudades' de Miquel Navarro, al valerse de huellas de desechos industriales, como perfiles de hierro y clavijas para estantes, testimonian su voluntad de inscribirse en la tradición de Julio González. Con motivo de esta muestra se ha editado un catálogo ilustrado con reproducciones de las obras seleccionadas para la muestra y que contiene textos de Consuelo Ciscar, Ángel Kalenberg, Tomàs Llorens, Vicente Jarque y Francisco Calvo Serraller.

Julio González, (Barcelona 1876- París 1942), fue el menor de cuatro hermanos de una saga familiar que desde hacía tiempo regentaba un taller dedicado a la orfebrería y forja artística. En 1900, después de vender el taller, la familia se trasladó a París, una ciudad cosmopolita y aglutinadora de las ideas modernas que desarrollaban los avances que, en todos los campos se habían dado en el siglo XIX.

La muerte de su hermano Joan en 1908, modelo a seguir por Julio González, supuso para el futuro escultor una doble conmoción: por una parte puso en cuestión su quehacer profesional y, por otra, el retorno de su familia a Barcelona le hizo sentir una dolorosa soledad. Julio González se replegó en sí mismo y esto pudiera explicar que su obra sea atípica y no transcurra paralela al desarrollo de los movimientos plásticos contemporáneos. De esta forma, inició una producción no muy definida, en la que convivían la pintura, la escultura y el diseño de joyas y objetos decorativos, porque en él siempre fue difícil discernir el artista del artesano.

CONCIENCIA OBRERA

La Primera Guerra Mundial marcó el comienzo de una etapa en la que su conciencia obrera y sus conocimientos técnico-industriales maduraron. El Julio González de postguerra es un hombre distinto, nada ajeno a las transformaciones y conflictos sociales del momento. Poco a poco se irá definiendo como artista e inclinándose hacia la escultura.

Su colaboración con Picasso, a final de la década de los veinte, y las formulaciones planteadas por Cercle et Carré y Abstraction-Creation sobre el arte abstracto, motivaron un cambio en su obra. Abandonó la solidez volumétrica para definir el espacio a través de barras y bandas de metal, empleó el gesto y la actitud para subrayar los temas, más sugeridos que expresados, y recurrió a las formas orgánicas para conferir connotaciones figurativas a las formas abstractas.

Unos años antes de su muerte, acaecida en 1942, González realizó su aportación fundamental al arte moderno, que fue la creación de la escultura en hierro. Una formulación innovadora que en los años veinte y treinta supuso, por un lado, una propuesta realista, testimonio de las convulsiones sociales y políticas del momento, y por otro la difícil síntesis entre el cubismo, el constructivismo y el surrealismo.

La Coleccion Julio González del IVAM se inició en 1985 a partir de adquisiciones y, sobre todo, de las donaciones de Carmen Martínez y Viviane Grimminger, herederas del artista.

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