Cultura.-Miró destaca el esfuerzo de la Generalitat por atender al patrimonio de los municipios pequeños de la Comunitat

Actualizado: lunes, 11 febrero 2008 18:00

ALICANTE, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

La consellera de Cultura, Trini Miró, destacó hoy el "esfuerzo de la Generalitat por atender al patrimonio de los municipios pequeños de la Comunitat Valenciana", con el fin de que puedan "seguir sintiéndose orgullosos de su historia y de sus riquezas patrimoniales", según informaron hoy en un comunicado fuentes de la Generalitat.

Trini Miró visitó hoy la localidad alicantina de Torremanzanas, donde la Generalitat ha intervenido en las obras de recuperación y restauración de la Torre Mayor, lo que la consellera calificó como "una muestra más del esfuerzo que está haciendo la Conselleria de Cultura por atender las necesidades de todos los municipios de la Comunitat Valenciana".

En este sentido, señaló que a "todos los municipios les preocupa la conservación de su patrimonio y el deseo de la Generalitat es atender las necesidades de todos ellos para que puedan seguir sintiéndose orgullosos de su historia y de sus riquezas patrimoniales".

Así, según añadió, "para Torremanzanas la Torre Mayor es todo un tesoro" y expresó su "alegría" por que "vuelva a brillar" y que se pueda "volver a presumir de ella". La Conselleria de Cultura ha realizado una intervención de 365.500 euros con una actuación desarrollada por el proyecto de arquitectura que ha comprendido la restauración de las estructuras internas y de las fachadas, la recuperación de la cubierta, así como diversos estudios que contribuyan al mayor y mejor conocimiento de la torre y su época.

La Casa Alta es el nombre por el que también se conoce a la antigua torre almohade de vigilancia, denominación que viene dada por su tamaño y su ubicación en el barrio alto de la población, conocido popularmente como 'El Castell'. Los estudios apuntan a que fue edificada en el siglo XII, y en todo caso durante algún momento de la ocupación almohade entre 1172 y la Reconquista.

Construida a base de tapial, tras la Reconquista perdió su función de vigilancia convirtiéndose en casa de señorío. En 1989 sus últimos propietarios, los Rovira de Xixona (Alicante), la cedieron al Ayuntamiento, pero no ha sido posible su consideración definitiva como propiedad del municipio hasta octubre de 2003, hecho que ha puesto en marcha todos los mecanismos de la administración local y autonómica para que sea, finalmente, rehabilitada.