VALENCIA 24 Oct. (EUROPA PRESS) - El Museo Municipal de Historia de Ekaterimburgo (Siberia, Rusia) abrirá sus puertas el próximo mes de noviembre con la exposición de creación valenciana, producida por el Museu Valencià d'Etnologia, 'Festes valencianes. Tradició i Cultura', en virtud del convenio de colaboración que esta mañana ha sido ratificado por unanimidad por el Pleno de la Diputación de Valencia.
La directora del museo siberiano, Galina Lobanova, mostró su interés en llevar la muestra a Ekaterinburgo tras el éxito de crítica y público obtenidos en San Petersburgo, donde ha estado expuesta durante el verano en el Museo Estatal Ruso de Etnografía, según explicaron hoy fuentes de la corporación provincial.
La exposición, comisariada por los conservadores del Museu Valencià d'Etnologia José Aguilar y Asunción García, será exhibida en el Museo Municipal de Historia de Ekaterinburgo del 20 de noviembre al 25 de diciembre de 2006.
La inauguración de la muestra contará con la asistencia del vicepresidente y diputado de Cultura de la Diputación de Valencia, Vicente Ferrer.
Para su exhibición en Ekaterinburgo, la exposición ha sido ampliada con nuevas piezas, objetos y documentación procedente del Museu Valencià de la Festa d'Algemesí.
En 'Festes Valencianes. Tradició i Cultura' se muestra desde multitudinarias fiestas urbanas hasta celebraciones ancestrales de pueblos del interior; desde las que deben su existencia a un intenso fervor religioso hasta las que tienen un origen claramente pagano.
La exposición se complementa con imágenes actuales de cada una de las fiestas con el fin de explicar su evolución a lo largo del tiempo.
CALENDARIO FESTIVO
Las fiestas valencianas se organizan a partir de la religión católica que llegó con la conquista del siglo XIII. Esta nueva sociedad heredaba costumbres foráneas procedentes de las tradiciones romana y judía, tamizadas por la Iglesia y transformadas en hitos propios de la vida de Cristo (Adviento, Navidad...), de la Virgen (Concepción, Asunción) y de los Santos, además de las fiestas de transgresión de Locos y Carnaval, explicaron las mismas fuentes.
El calendario seguía un doble sistema solar y lunar que todavía pervive; las vidas de Cristo, la Virgen y los Santos se celebran en fechas fijas, pero no ciertas conmemoraciones de la muerte de Cristo (Semana Santa) y de su resurrección, que acaban con la glorificación de la propia creencia a través del Corpus Christi. Este sistema depende de la Pascua Florida, en el domingo posterior a la primera luna de primavera.
Al ciclo festivo se añadieron en la Edad Media, devociones relacionadas con las órdenes religiosas (San Francisco, Santa Clara) y celebraciones cívicas y patrióticas (9 de octubre, conmemoración de la conquista del Reino de Valencia). Las pestes, plagas y guerras del siglo XIV favorecieron la pujanza de devociones profilácticas protectoras, a las que se sumaron, a finales del XV, las devociones de santos valencianos (San Vicente) y las mariológicas.
Las reformas eclesiásticas y el pensamiento ilustrado recortaron la oscura religiosidad popular, y los intereses sociopolíticos burgueses y obreros del XIX las regularon atendiendo al nuevo mundo laboral e implantaron otras laicas.