Visiones sobre el maltrato, las novias intemporales o la explotación sexual en Cuba protagonizan esta exhibición
VALENCIA, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
La exposición fotográfica 'FEM_visiones fotográficas de la mujer actual' explora las múltiples facetas de la identidad femenina y la transformación del rol de género a lo largo de la historia. Para ello, propone una reflexión en torno a las imágenes de la mujer, a la sexualidad, los estereotipos y las fronteras entre lo masculino y femenino: "roles puestos en tela de juicio, combatidos y transformados" a través de la imagen fotográfica, "una herramienta idónea para plantear el necesario cambio de perspectiva sobre la imagen de la mujer en el mundo actual".
La muestra, que abrirá sus puertas mañana, a las 20.00 horas, en el antiguo teatro de Campanar de Valencia y permanecerá hasta el próximo 7 de julio, está comisariada por los integrantes del Máster de Fotografía, Arte y Técnica de la Universidad Politécnica de Valencia. Los 20 fotógrafos que integran FEM --entre los que destacan el Premio Nacional de Fotografía Miguel Trillo y el Premio PhotoEspaña Juan de la Cruz Megías-- están vinculados por un nexo esencial: la contemporaneidad.
A partir de este nexo trazan un proyecto que califican de "heredero de una historia de las mujeres", cuyo punto de inflexión surgió a finales de los años sesenta del siglo XX con los movimientos de liberación de la mujer, "que han permitido que lo femenino haya ido adquiriendo, al menos en teoría, su justo protagonismo social", según establece el manifiesto elaborado por este grupo para la exhibición.
"FEM es producto de una lucha de siglos, y tiene una perspectiva que ofrece un panorama de las mujeres donde éstas aparentemente ya no constituyen el núcleo central de una reivindicación". Más bien, continúa el documento, "concibe a las mujeres contemporáneas occidentales como productos de un proceso histórico en el que han ido tomando conciencia, poco a poco, de sus derechos y de su necesario estatus de igualdad con respecto al hombre".
Para reflejar este proceso, los fotógrafos que participan en la muestra consideran que la imagen puede ser "una poderosa herramienta para la indagación en la identidad individual y colectiva", de forma que las fotografías "pueden impactarnos, pero también pueden persuadirnos, hacernos preguntas e incluso sugerirnos respuestas". "Tienen en sí un carácter dual: son tanto una manifestación pública como una forma de expresión cargada de una enorme potencia íntima", declaran.
OBJETO Y SUJETO FOTOGRÁFICO
"Desde los inicios de la fotografía, en el siglo XIX, las mujeres se han implicado en todos los aspectos de la cultura fotográfica: han realizado fotografías, las han ordenado y recopilado, y han sido protagonistas de innumerables imágenes. A lo largo de la historia de este medio la mujer ha actuado como objeto fotografiado y como sujeto de la fotografía, pero el papel de 'lo femenino fotográfico' se ha ido trasmutando con los años", argumentan.
Entre las diferentes visiones, destaca el trabajo de Gustavo Ten 'Caminar despierto', que refleja "ese recorrido a través del tiempo que supone ir andando por la vida. Una vida en común se puede concretar con las imágenes de la vida ajena del ser querido. Cómo nos reflejamos en el otro, cómo vemos nuestra vida en sus gestos, en sus rostros, en sus sueños y aspiraciones".
Así como la serie 'Espacio vital', de Pili Lidón, que proyecta la relación del individuo con su entorno privado. Este conjunto de fotografías indaga en la habitación infantil de algunas mujeres, entendida "como santuario donde todo lo que allí puede encontrarse adquiere un valor sentimental".
'Habaneras', de Miguel Trillo, es "un retrato interior con una música callada de fondo: la del son de los turistas del primer mundo acudiendo al resplandor de una capital convertida en explotación a cielo abierto de una patria cuya revolución ha logrado erigirla en una gran potencia sexual".
FOTOGRAFÍA ALEJADA DE LAS MODAS
Juan de la Cruz, por su parte, presenta en 'Novias' a las prometidas "de ayer y de hoy", retratadas "en una suerte de suspenso, en una intemporalidad que viene a fundamentar una concepción de la fotografía que se aleja de las modas y que tal vez por ello resulta plenamente contemporánea".
'Once I had a love', de Ana Cuba, representa "la tensión entre dos cuerpos en una habitación de hotel. Las imágenes de los cuerpos se contraponen a las de la propia habitación vacía, eliminando así todo acercamiento entre los amantes, como si nunca hubiesen estado allí". Mientras María Montesceoca se pregunta en 'Final del juego' "cómo puede explicarse el horror del maltrato llevado hasta sus últimas consecuencias, hasta la muerte como final de un juego de poder, de sometimiento, de amargura disimulada, de impotencia".
