VALENCIA 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Museu Valencià d'Etnologia acoge desde hoy y hasta el 6 de abril la exposición 'Pobles abandonats, pobles en la memòria' que reúne más de 200 fotografías y 50 objetos recogidos en poblaciones abandonadas de la Comunitat Valenciana, y que trata de convertirse en la "memoria viva" de estos lugares, ya que, según explicó el comisario Agustí Hernández, "en pocos años habrán cambiado".
Hernández realizó estas declaraciones en la inauguración de la muestra en la que estuvo acompañado por el diputado de Gestión de Museos, Salvador Enguix, el director del Museu Valencià d'Etnologia, Joan Gregori, y el coordinador del Circuito de Exposiciones Itinerantes del museo, Juan Antonio Alcántara.
Según señaló, "una gran cantidad de comarcas del interior continúan sufriendo" la despoblación. "Vivimos en un territorio que de alguna forma está muy ocupado, con una costa muy habitada, pero al mismo tiempo hay un interior que está despoblado y que se sigue despoblando", afirmó Hernández, para quien "éste es uno de los grandes contrastes del territorio valenciano". Hernández expuso que uno de los objetivos de la exposición "es catalogar estos lugares, ya que el paisaje está en constante evolución y lo que vemos ahora, en pocos años habrá cambiado".
En cuanto al futuro de estas poblaciones, se mostró "pesimista" pues "no se ha evitado que estos lugares desaparezcan" a pesar de que algunas zonas "se están recuperando". Así, recordó que en la última década el Rincón de Ademuz (Valencia) ha perdido el 20 por ciento de la población, o en la comarca de Els Ports el municipio de Vallibona cuenta hoy con cien habitantes cuando en 1910 tenía unos 2.000 vecinos.
El especialista aseguró que "hay que comprender que las personas que hoy emigran de otros países tienen unas motivaciones muy similares a las que tuvieron nuestros abuelos y nuestros padres" por lo que invitó a reflexionar "a que de alguna forma todos hemos sido inmigrantes". "Este es un homenaje a la gente que tuvo que emigrar o fue expulsada de su pueblo", declaró.
Para Joan Gregori, los movimientos de población "han sido una constante a lo largo de todas las sociedades", y señaló que "en la historia reciente" de las Comunitat han existido tres momentos: la colonización medieval tras la conquista cristiana; la expulsión de los moriscos en el siglo XVII; y los procesos socioeconómicos derivados de la Industrialización.
En cuanto a este último hecho, apuntó a que se produjeron "grandes cambios sociales y económicos" que motivaron la "desaparición de formas de vida". "Cuando vemos las ruinas" de estas poblaciones "tratamos de imaginar como se vivía, ya que allí hubo historia", añadió.
Por este motivo, la muestra se compone de ocho módulos que, según Gregori, "recrean un pueblo imaginario", y explican los diferentes motivos que llevaron a los pobladores de aquellos lugares a abandonar sus viviendas. Así, la emigración rural, la construcción de embalses, las catástrofes naturales, las colonias agrícolas e industriales y la expulsión de los moriscos, se explican con 50 objetos que, además, recrean diferentes ámbitos de la vida cotidiana del medio rural entre la década de los 40 y de los 60.
Estos objetos han sido extraídos de aquellas poblaciones que ya no existen o están en ruinas. De este modo, la exposición recoge el cuaderno escolar de una niña que emigró de una masía de Lucena del Cid (Castellón) o una bicicleta que fue propiedad de un antiguo minero de la Masía de la Reduela en Ludente (Castellón).
CATÁSTROFES NATURALES.
El montaje expositivo cuenta también la desaparición de municipios a causa de catástrofes naturales como la 'pantanada' de Tous de 1982 que hizo que pueblos de la provincia de Valencia como Gavarda o Beneixida cambiaran de ubicación, o en el caso de Marines que sufrió la caída de grandes bloques de piedra durante las lluvias de 1957.
Por otro lado, el Museu d'Etnologia recoge la construcción de colonias agrícolas o industriales en zonas del interior, en algunos casos "fruto de los principios del socialismo utópico" como la colonia de Santa Eulalia, entre Villena y Sax (Alicante), y de las que se conservan los restos como la Fábrica Giner (Castellón) rehabilitada en hotel.
Además de los módulos, la muestra cuenta con una pantalla interactiva en la que se recogen testimonios audiovisuales de lo que fue la vida en aquellos lugares a través de "la memoria oral de una docena de testimonios".
A partir del 6 de abril, la exposición viajará por localidades de la provincia por un periodo mínimo de dos años, que se prorrogará hasta que se agote la lista de espera. Cada año, se atenderá a un total de 16 municipios que dispondrán de la muestra durante tres semanas.