CASTELLON, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
El pianista Carles Santos ofrecerá su producción pianística 'No al No' mañana en el Auditori i Palau de Congressos de Castelló, y volverá a actuar el sábado en el Palau de Congressos de la localidad castellonense de Peñíscola, según indicaron fuentes de la Generalitat en un comunicado.
Carles Santos (Vinaròs, 1940) puede ser considerado como un artista "integral" que parte de una larga carrera como pianista, abarcando más tarde muchas otras disciplinas musicales como la dirección y la composición.
La suma de estas facetas, unida a la experiencia y la reflexión acumulada en otros ámbitos artísticos como el cine o el teatro, cristalizan en sus múltiples trabajos escénicos, musicales y plásticos, que le han valido el reconocimiento internacional por la originalidad de sus propuestas.
Su trayectoria se inició en el Conservatorio Superior de Música del Liceo de Barcelona, donde consiguió premios extraordinarios que le llevarían posteriormente a completar sus estudios en París.
Su filmografía como realizador se inició en 1967 con el cortometraje 'L'Apat' y se prolongó como realizador, coguionista y compositor de la música hasta los años noventa, contando con una amplia filmografía entre cortometrajes largometrajes y documentales, así como diversos vídeos.
Su discografía más conocida se inició en 1981 con la edición en Nueva York del disco 'Voice Tracks', al que le siguió 'Piano Track" y una serie de discos para piano, sólo y voz, que poco a poco se convierten en grabaciones de obras de extraordinaria duración.
A partir de los años setenta decidió, en tanto que pianista, dedicarse exclusivamente a la interpretación de su propia obra, siendo invitado a actuar en numerosos festivales de todo el mundo.
Su música, que siempre se ha señalado influida por el minimalismo, desarrolla una "muy singular personalidad", atesorando todo tipo de lenguajes musicales que van desde el romanticismo, hasta la música atonal y dodecafónica, sin olvidar la influencia española.
Aparte y como consecuencia de experiencias previas en el ámbito de la "performance", que suponen un preludio a su dimensión teatral, a principios de los ochenta comenzó a crear una serie de espectáculos escénico-musicales.
Además de sus espectáculos, ha recibido diferentes encargos especiales de composición como 'Las Fanfarrias de la Ceremonias Olímpicas' de Barcelona 92 o la 'Fanfarria para 2001 músicos' para la inauguración de la Bienal de la Artes de Valencia.
Ha recibido premios como el Deutcher Akademiscu de Berlín (1986), Premi Ciutat de Barcelona a la Proyección Internacional (1996), Creu Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya (1999), Premi Nacional de Composició de la Generalitat de Catalunya (1990), Premio MAX a la banda sonora (2000), Premio de la Crítica de Barcelona por Ricardo i Elena como mejor espectáculo musical, Premio MAX 2001 a la mejor composición y dirección musical por 'Ricardo i Elena'.
Además de su producción escénica y musical, su afinidad con las plástica, que se manifiesta en sus escenografías en colaboración con Mariaelena Roqué, le ha llevado a exponer fotografías y textos poéticos en diferentes museos y galerías de arte, como el EACC o en las Salas Municipales de Exposición del Ayuntamiento de Girona, muchas de las cuales se inspiran en temas de sus espectáculos, según dichas fuentes.
