VALENCIA, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Generalitat, a través de la Fundació de la Comunitat Valenciana Jaume II el Just, continúa trabajando en la visitabilidad del Palacio del Abad del Real Monasterio de Santa María de la Valldigna, considerado como el templo espiritual de los valencianos y exponente de la autonomía política de la autonomía, según ha informado la Generalitat en un comunicado.
El Estatut d'Autonomia de la Comunitat Valenciana, en su artículo 57, establece literalmente que el Real Monasterio de Santa María de la Valldigna es templo espiritual, histórico y cultural del antiguo Reino de Valencia, y es, igualmente, símbolo de la grandeza del Pueblo Valenciano reconocido como Nacionalidad Histórica. La Generalitat recuperará, restaurará y conservará el monasterio, y protegerá su entorno paisajístico.
Una ley de las Corts determinará el destino y utilización del Real Monasterio de Santa María de la Valldigna como punto de encuentro de todos los valencianos, y como centro de investigación y estudio para recuperar la historia de la Comunitat Valenciana.
Esta restauración forma parte de los trabajos de rehabilitación que la Conselleria de Turismo, Cultura y deporte está llevando a cabo para devolver el esplendor original y promocionar el uso de este monasterio fundado por Jaume II el Just hace más de 700 años.
El Monasterio de Santa María de la Valldigna es uno de los conjuntos monacales más importantes de la Comunitat. La Fundació de la Comunitat Jaume II el Just está desarrollando la obra 'Visitabilidad del Palacio del Abad, Fase I'.
Se recupera la primera planta del Palacio a base de reconstruir buena parte de los forjados que rodean el claustrillo. La razón fundamental de esta reconstrucción es conseguir sentir verdaderamente la sensación espacial que supone el espacio vacío del patio del Claustrillo, cosa que ahora no sucede, por cuanto todas las galerías y estancias que lo rodean se encuentran sin cerramientos horizontales. También la recuperación de los antiguos forjados permitirá, al circular por la primera planta, contemplar de cerca y a su nivel la belleza de la arquitectura del claustrillo alto.
El propio Claustrillo verá recrecido su perímetro superior en un par de hiladas, consiguiéndose alturas similares a los muros con los que se enfrenta, con la finalidad de poder disponer las ménsulas necesarias para colocar viguetas en parte de su entorno y aumentar así la sensación de espacio cerrado de la primera planta.
Todos los forjados se reintegran tomando la información de su sistema constructivo original en cuanto a sus elementos portantes, dado que los encontramos 'in situ', con la excepción de las decoraciones que posiblemente pudieron tener en sus tableros de techo. Se trata de unos forjados de madera que se apoyaban en durmientes sobre ménsulas de piedra que permanecen repartidas por todo el entorno.
