Doménech pide a Delegación de Gobierno y al PSPV que cesen las "hostilidades" tras la decisión del TSJ sobre la Bega

Actualizado: miércoles, 26 abril 2006 17:40

VALENCIA, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -

El gerente del Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA), José Fermín Doménech, pidió hoy a Delegación de Gobierno y al PSPV el "cese de hostilidades" tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana de, a través de un auto, rechazar la petición realizada por la Delegación y mantener el acuerdo de la Comisión Territorial de Urbanismo de Valencia que aprobó la homologación y Plan Parcial de la Bega de Cullera porque entiende que subyace el "interés público". "Que se guarden las espadas y los torpedos los conviertan en colaboración activa", exigió.

Doménech pidió el "cese" de la política de "boicot permanente de todos los proyectos singulares de la Comunidad Valenciana de interés público relevante", iniciada, según dijo, por el concejal socialista en Cullera, Joan Grau, de quien pidió la dimisión, y el secretario de Vivienda y Territorio del PSPV, Eugenio Burriel, a quien le acusó de ser el "instigador" de esta situación.

Por ello, reclamó al secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, que ordene a su "secuaz" --en referencia a Burriel-- que "cese las hostilidades" y "se esconda" porque "ha fracasado en su política y ha hecho el ridículo". "Se han acabado las burrieladas y los torpedos de bloqueo de Blanquerías", dijo el responsable del IVVSA, que indicó que el Plan de la Bega --un proyecto conocido como 'Manhattan, que prevé la construcción de 33 torres de 25 alturas que albergarán 4.500 viviendas-- tiene ahora "luz verde" para poder ser aplicado "inmediatamente". En este sentido, subrayó que se trata de una aplicación parcial del Plan general que fue aprobado en 1992 por el PSPV.

Asimismo, pidió el "fin del uso abusivo del derecho" por parte de la Delegación de Gobierno, a la que acusó de "invadir" competencias territoriales. En su opinión, la actuación de la administración dirigida por Antoni Bernabé es "demencial" ya que "nunca" antes --en sus 25 años de experiencia-- había impugnado ningún plan general ni parcial ni tampoco instrumento alguno de planeamiento. Según dijo, el subdelegado del Gobierno en Valencia, Luis Felipe Martínez, tiene que "retractarse" y aplicar el "correctivo que implica el auto" y lo asuman.

Ahora, dijo, "han usado abusivamente su capacidad de fiscalizar actos municipales relevantes" como este caso de Cullera, que tiene como objetivo su despegue "social, urbanístico y turístico". Asimismo, denunció que el PSPV sólo quiere paralizar todos estos proyectos que buscan "más progreso económico y social" por lo que le reclamó el "cese del atrincheramiento institucional que utiliza en instituciones del Estado", con fines "espúreos y partidistas".

En este sentido, preguntó "cómo se explica que un sector con más de 500.000 metros cuadrados de superficie no haya tenido ni una sola alegación de propietarios, agentes urbanizadores o promotores que haya cuestionado esta ordenación", que se ha realizado "con el mayor consenso". En este sentido, consideró que únicamente el PSOE "haya querido bombardear este proyecto", con un afán de "bloqueo y obstrucción".

"ENTENDIMIENTO" ENTRE LAS ADMINISTRACIONES

Asimismo, otra consecuencia de la decisión, según Doménech, debe ser el inicio de una nueva fase de "entendimiento" entre las administraciones que suponga "cambiar el hostigamiento, hostilidad y bloqueo por una fase de colaboración activa". En este tema, consideró que se debe traducir en que Delegación del Gobierno debe ordenar a la demarcación de Carreteras del Ministerio de Fomento que solucione el problema del enclave de la conexión de la N-340 con Cullera ya que en este proyecto todos los condicionantes están resueltos excepto este punto en el que hay "orden expresa de paralizarlo".

"Es su competencia", señaló, y añadió que "no vale decir que no me gusta este proyecto". Doménech aseguró que creen que se está "utilizando y obligando" a funcionarios estatales a "realizar las políticas sectaristas del PSOE", algo que "tiene que cesar por bien de todos" puesto que, dijo, "no ha pasado nunca en la historia de la transición y la democracia". "Si los vascos pueden arreglar su problemita que tienen desde hace 30 años, aquí también podemos cambiar de la hostilidad a la neutralidad", dijo.