EMF.- La emoción hace que el millón y medio de peregrinos sobrelleven el intenso calor en las dos horas de homilía

Europa Press C. Valenciana
Actualizado: domingo, 9 julio 2006 15:22

VALENCIA 9 Jul. (EUROPA PRESS) -

Peregrinos de todas las edades y procedencias vivieron hoy "con emoción y entusiasmo" la Eucaristía conclusiva del V Encuentro Mundial de las Familias (EMF) de Valencia, que fue oficiada por el Papa Benedicto XVI desde el altar habilitado en el entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, lo que permitió que sobrellevaran de la mejor forma posible el intenso calor vivido en Valencia durante las dos horas que duró la ceremonia, según comentaron a Europa Press algunos de los presentes.

Muchos de los asistentes, un millón y medio según la organización, que llegaron a Valencia con sus familias, a la ceremonia acompañados de otros feligreses de sus parroquias o con sus grupos de amigos, llevaban ya varios días en la ciudad para participar en los distintos actos del EMF, pero coincidieron en destacar la importancia de este acto "como culminación de todas las emociones y experiencias vividas" ya que, aseguraron, "la sensación de presenciar una ceremonia oficiada por el Santo Padre es indescriptible, es una emoción inmensa e inolvidable, algo único que sólo pasa una vez en la vida", apuntaron un grupo de peregrinos de nacionalidad colombiana.

En este sentido, Natividad, una feligresa de la parroquia alicantina de Nuestra Señora de Gracia, que acudió al encuentro como integrante de un grupo de 140 personas de edades comprendidas entre los 7 y los 80 años, indicó que se trata de "un momento de afianzamiento de la fe". "Resulta emocionante --añadió-- ver cómo a tantísimas personas lo único que nos mueve es testimoniar nuestra fe". El único elemento negativo, apuntó, es el terrible calor.

Asimismo, Madelaine, otra peregrina del citado grupo de feligreses alicantinos, comentó que la Eucarística oficiada hoy por el Papa, así como el resto de actos celebrados durante estos días en Valencia con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias, supone un "impulso alentador para las familias, mientras que los niños también disfrutan jugando y conociendo a niños de diferentes parroquias y grupos llegados de todo el mundo", aseveró.

Por su parte, Fernando Zufí, responsable de un grupo de 56 personas del Camino Neocatecumenal provenientes de la parroquia de la Inmaculada Concepción de la localidad madrileña de El Pardo, de las que 30 eran jóvenes de edades comprendidas entre los 4 y los 16 años, criticó la organización del evento, que fue, a su juicio, "peor que la de otros encuentros" y citó como ejemplo que, a pesar de "haber tenido este año la suerte" de encontrarse en uno de los sectores más cercanos al altar, "no podemos ver nada, ya que desde aquí no hay visibilidad en directo y tampoco tenemos ninguna pantalla cerca para seguir el acto". Al respecto, afirmó que no había "suficientes pantallas para poder seguir la Eucaristía desde el interior del recinto".

El intenso calor registrado en las últimas horas, unido al cansancio acumulado por la gran cantidad de actividades y actos en los que participaron los peregrinos durante los últimos días, hicieron que muchos de ellos, especialmente los más jóvenes, no pudieran evitar dormir acostados en el césped durante la ceremonia.

Por otro lado, durante el transcurso de la misma, numerosos fieles aprovecharon para recibir el sacramento de la confesión y penitencia de mano de algunos de los múltiples sacerdotes presentes en la Eucaristía, quienes les atendieron de forma espontánea en los alrededores de los sectores en que se encontraba dividido el recinto, a unos pasos de distancia de sus acompañantes, para preservar la intimidad y privacidad de los fieles.

Entre los asistentes a la celebración eucarística, destacó la importante presencia de niños de muy corta edad, como el madrileño Jacobo Muñoz, de tan sólo un mes de vida, que acudió al encuentro acompañado por sus padres y sus tres hermanos, Salva, Gabriela e Íñigo.

También con únicamente cuatro semanas de edad acudieron al acto Javier Sancho, que pertenecía a un grupo del Camino Neocatecumenal proveniente de distintas parroquias de San Sebastián compuesto por 101 personas, y la valenciana Irene, que asistió a la Eucaristía en compañía de sus padres.

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