EMF.- Movimientos de acción católica de la Diócesis de Santander abogan por el derecho de todos a vivir dignamente

Actualizado: martes, 4 julio 2006 15:11

SANTANDER, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los movimientos de acción católica de la Diócesis de Santander han hecho público un manifiesto ante el V Encuentro Mundial de las Familias con el Papa, que se celebrará en Valencia, en el que abogan porque "entre todos, los creyentes desde nuestra fe y los demás desde sus convicciones, podamos construir una gran familia donde las personas, independientemente de su nacionalidad, fe, inclinación sexual o cultura, vean reconocido su derecho a vivir dignamente".

Destacan al respecto que por eso quisieran que "el respeto profundo por la realidad social de la familia en todas sus formas, no sólo en su modelo tradicional, oriente este V Encuentro".

Estos grupos cristianos: Movimiento junior de acción católica; Movimiento de jóvenes de acción católica; Acción católica general de adultos, y Hermandad obrera de acción católica, señalan en el manifiesto que la familia "es una realidad social anterior a las religiones reveladas" y añaden que, "como dice la Constitución Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, todas estas realidades están dotadas de la consistencia y bondad propias".

Por ello, desean que las aportaciones de la Iglesia Católica al tema de la familia "sean evangélicas, es decir, anuncien la Buena Noticia", que para los firmantes del manifiesto sería "proclamar bien alto que las personas y las familias deben ser fin en si mismas y no un medio para el consumo, la producción que genera ganancias a los poderosos de este mundo o la demagogia manipuladora".

Igualmente considera que una "buena noticia" sería que la familia "deje de estar atrapada por los créditos millonarios para conseguir vivienda, créditos que hipotecan el trabajo de una persona por treinta o más años, siendo víctimas de la especulación y del enriquecimiento fácil de unos pocos".

También sería una "buena noticia", según estos grupos, que se "mime a los mayores y personas dependientes, facilitando la labor de quienes les atienden colaborando la sociedad en su atención" y que se eduque "para una convivencia de iguales, donde la violencia de género no encuentre terreno abonado para que unos se crean superiores a otros y surja así el abuso de los 'fuertes' sobre los 'débiles' en la propia familia".

Indican finalmente que otras "buena noticia" sería que en lugar de la cultura dominante de un sistema social y económico "que lo reduce todo a tener cosas", "hagamos surgir una cultura de la solidaridad y la igualdad en lo fundamental", y que los padres y madres pudieran dedicar "tiempo y energías no sólo a trabajar, sino a estar con sus hijos transmitiéndoles, con contactos frecuentes y vitales, los valores y la fe que tienen".