García-Gasco anima a "recuperar el sentido del amor" como fruto del Encuentro Mundial de las Familias con el Papa

VALENCIA 12 Oct. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Valencia, monseñor Agustín García-Gasco, invita en su carta de esta semana a "recuperar el sentido del amor para ser luz en nuestra sociedad", según dice, "como fruto" del V Encuentro Mundial de las Familias con el Papa celebrado en Valencia, según informaron hoy fuentes del Arzobispado a través de Avan.

El prelado propone también fomentar "la cultura del amor y de la vida frente a la cultura de los escépticos y de la muerte" porque "sólo así estaremos en condiciones de renovar profundamente tanto nuestras personas y nuestras familias, como nuestra cultura y nuestra sociedad", destaca.

En su carta pastoral, titulada 'Recuperar el sentido del amor', García-Gasco se refiere a la encíclica de Benedicto XVI 'Deus Cáritas est' para destacar que "todo ser humano necesita amar y ser amado". En este sentido, asegura que "todos queremos amar de alguna manera" aunque "no siempre se está dispuesto a recorrer el camino que nos permite avanzar hacia el amor verdadero", matiza.

El arzobispo de Valencia considera que "en todo momento histórico se puede comprobar que el deseo de amar del ser humano puede ser víctima de una manipulación que lo deforme" y advierte de que "nuestros días no son una excepción" porque "los escépticos sobre el amor abundan también en el siglo XXI".

Asegura que este escepticismo "tiene su origen, en muchas ocasiones, en la experiencia del amor superficial y adulterado" y señala que "un amor falso maltrata y degrada al ser humano, especialmente, a los más débiles o indefensos".

Ante esta realidad, apunta, "la fe en Jesucristo viene en ayuda del ser humano para que mantenga su deseo de amar y para que se fortalezca en el camino de la ascesis, la renuncia, la purificación y la recuperación que exige avanzar en el verdadero amor".

Agustín García-Gasco se refiere también a las situaciones en las que el amor "puede confundirse con el propio egoísmo, como la búsqueda de sensaciones placenteras y de sentimientos agradables". En este sentido, recuerda que "conforme el ser humano madura advierte que amor y egoísmo generan dinámicas incompatibles" y afirma que "se avanza en el amor cuando hay descubrimiento del otro, ocupación y preocupación por él."

El arzobispo indica finalmente que el verdadero amor "pide pasar de buscarse a sí mismo a ansiar el bien del amado" y destaca que la renuncia y el sacrificio querido de forma libre "aparecen entonces como los indicadores de un amor que no se transforma en engaño".