VALENCIA, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
El catedrático de Estrategia y Ciencias Económicas de la London School in Economics (LSE), Luis Garicano, manifestó hoy que España "tiene que reconocer que el modelo de crecimiento económico tiene que cambiar" y acometer importantes reformas del mercado laboral y el sistema educativo, así como "facilitar a los trabajadores la transición" de modelo "a base de formación".
Sostuvo, en este sentido, que España no puede "congelar las cosas como están y salir de la crisis", con soluciones como el modelo alemán, sino que "el primer paso tiene que ser reconocer que tiene que haber una transición y ayudar a los trabajadores a que lo hagan". "Se debe reconocer que tiene que haber un cambio", algo que "a veces es costoso, pero retrasarlo es aún más costoso", ya que "mucho de lo que se ha ido no va a volver, y cuanto antes lo reconozcamos, mejor".
Garicano se pronunció así durante la presentación de la 'masterclass' que impartirá en febrero junto a otros dos expertos de la LSE en la feria Forinvest, en virtud del convenio de colaboración suscrito con la Fundación Cañada Blanch y el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), y con la que pretenden ayudar a "repensar cuáles son las formas de avanzar hacia ese nuevo modelo de crecimiento".
Destacó que tienen intención de "empujar el debate, subirlo un poquito y pensar en los temas cruciales para la economía española", puesto que en la actualidad "estamos todos muy restringidos" con "un debate de combate cuerpo a cuerpo" sobre "temas que pueden ser muy importantes, pero que no resuelven sus problemas a los ciudadanos, empresarios y trabajadores que crean valor", dijo.
Garicano auguró que, a diferencia de lo que sucederá en países como Francia o Alemania, "en la economía española, las cosas van a tener que ser diferentes por necesidad de lo que eran hace tres o cuatro años", cuando se impulsó un modelo "basado mucho en el ladrillo, en poca productividad, y un crecimiento muy poco basado en la economía del conocimiento y en la cadena de valor global".
Por ello, urgió a iniciar esa transformación de modelo y lamentó que "en toda la crisis, lo que está pasando --en España-- es que las decisiones difíciles en el mercado laboral, en el mercado financiero y en el inmobiliario, se siguen posponiendo hasta que, como el coyote, veamos que estamos en el precipicio y nos caigamos", algo que "hay que intentar evitar", sentenció.
Aclaró que "no se trata de elegir ganadores" y determinar en qué sector centran los esfuerzos, sino de "permitir que la iniciativa privada encuentre esas oportunidades" y "crear las condiciones" para que sea así, mediante la reforma del mercado laboral y del sistema educativo, que "en este momento no está educando a los estudiantes", con un 41 por ciento de los jóvenes entre 25 y 34 años sin educación secundaria terminada, apuntó.
En concreto, abogó por "flexibilizar" el mercado laboral y "descausalizar" el despido, con la implantación de "un contrato único con costes de despido crecientes", que parta de ocho días de indemnización por despido en el primer año y "poco a poco, vaya subiendo hasta llegar un tope de unos 22 o 24 días", para acortar la actual distancia entre los temporales, "demasiado comodines" en la actualidad, y los indefinidos, excesivamente "blindados".
Pidió también mayor flexibilidad en la negociación colectiva, para adaptar los salarios e incrementos a las distintas circunstancias, así como una mayor vinculación "entre productividad y salarios".
REFORMA DE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA
En el ámbito educativo, instó a acometer una reforma de la educación secundaria "con consenso y olvidándonos de distracciones" para que los estudiantes tengan "oportunidades reales de acceder a formación competitiva internacionalmente", algo que "no sucede en la actualidad en España", apostilló.
Reclamó además que "las universidades tengan la flexibilidad, capacidad y verdadera autonomía que les hace falta para competir", lejos del "modelo autogestionario de la Yugoslavia de los años 70, en que al rector lo eligen sus subordinados" en vez de "responder ante la sociedad", algo que "no tiene ni pies ni cabeza" y "no pasa en ninguna empresa", subrayó.
Indicó asimismo que "la universidad tienen que tener capacidad para fijar los salarios de los profesores" dado que "hay muchos profesores que ganan mucho más de la cuenta, y simplemente consiste en que el que trabaja, gane más, y el que no trabaja, menos", gracias a un sistema de "complementos por investigación". "No por ser catedrático tiene que tener un sueldo excesivo", recalcó.
Al respecto, precisó que "la universidad no necesita dinero" para adoptar estas medidas dado que "las reformas estructurales no cuestan dinero", aunque sí deben contar con "recursos para innovar", a fin de "ser capaces de competir" y "ser ágiles".
SISTEMA SANITARIO "A PUNTO DE COLAPSAR"
Por otro lado, se refirió al informe presentado ayer desde la cátedra Fedea-McKinsey --de la que es director-- sobre la urgencia de acometer una reforma del sistema sanitario, y remarcó que el modelo actual "está a punto de colapsar" y "no es sostenible" por el elevado envejecimiento de la población española, por lo que "hay que hacer cambios antes de que el sistema se caiga" y "responsabilizar" tanto a los usuarios del sistema, como a los profesionales sanitarios.
En concreto, sugirió la implantación de "una tasa moderadora o ticket moderador", que "consiste en un pequeño pago de dos o cuatro euros por atención primaria y otro, un poco más alto, por urgencias" y "un cambio en el copago farmacéutico para que los pensionistas paguen también", y recomendó cambiar el modelo de gestión de los hospitales, cuyos gestores "deben tener unos objetivos y un contrato, y si no los cumplen, pagan las consecuencias", concluyó.