Hepatitis C.- Un forense afirma que no ve otra vía de contagio que a través de la sangre del anestesista

Actualizado: martes, 4 abril 2006 19:15

El director del Instituto de Medicina Legal dice que el facultativo podría haberse pinchado dentro del quirófano sin ser visto

VALENCIA, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

El director del Instituto de Medicina Legal de Valencia, el médico forense Matías Vicente, aseguró hoy, durante la vista que se celebra contra el anestesista Juan Maeso, acusado del contagio de la hepatitis C a 276 pacientes intervenidos en cuatro hospitales de Valencia, que no ve otra vía de transmisión que a través de la sangre del facultativo. Apuntó que éste podría haberse pinchado dentro del quirófano sin haber sido visto puesto que el espacio de anestesia y el quirúrgico se encuentran separados.

Matías Vicente, que inició ayer su declaración y la continuó esta mañana con el interrogatorio del fiscal, manifestó al ser preguntado por las posibles vías de contagio, que "no hay más que una sola explicación, el contacto de sangre del anestesista con un medicamento administrado luego a los pacientes", dijo, al tiempo que agregó que "no se me ocurre otra".

Comentó que "puntualmente" puede que un anestesista lleve cargada una jeringuilla en el bolsillo pero indicó que "no es habitual". Por otro lado, afirmó que "se puede hacer perfectamente" y es "habitual" que sea el anestesista quien cargue las dosis que ha de poner a los enfermos. Indicó que éste "nunca" cargaría una "cantidad aleatoria" a diferencia de lo que ocurriría con "un drogodependiente de la calle". Asimismo, señaló, respecto a en qué momento un facultativo podría pincharse parte de la carga preparada para anestesiar a un paciente, que esto podría suceder "en el momento previo" a la intervención quirúrgica, "durante" o "después, en el post operatorio". Consideró que estas circunstancias se pueden dar tanto en los casos de anestesia general o local, incluida la epidural. Sostuvo que "suele ser habitual el uso de sendantes antes y después del acto quirúrgico".

Así, Matías Vicente, encargado de elaborar uno de los informes periciales que se estudiaron en la fase de instrucción de este caso, explicó que "en la fase anterior al quirófano, el anestesista está poco acompañado de personal auxiliar, según el hospital, y actúa solo". Aseguró también que dentro de la sala de operaciones "el anestesista actúa separado por una mampara que separa el espacio quirúrgico y el de anestesia", por lo que sostuvo que "en el espacio anestésico podría hacer ese tipo de prácticas sin que fuese visto".

De este modo, aseveró, en respuesta a una pregunta del ministerio fiscal que el médico "podría" en ese caso pincharse rápidamente en el quirófano y añadió que "incluso con personal, podría no ser visto". Dijo que "momentos existen" para ello y comentó que en una operación, "los cirujanos los cirujanos están centrados en ese campo --en el quirúrgico-- y no están al tanto de lo que ocurre en la parte del anestesista.

En este momento del interrogatorio, el abogado de Maeso, Francisco Davó, protestó ante el tribunal porque, en su opinión, con las preguntas del fiscal la prueba pericial del forense se estaba "convirtiendo en una pericial adivinatoria".

Momentos antes, el letrado de la defensa había intervenido para mostrar al juez su desacuerdo con el informe con el trabajaba el representante del ministerio público, ya que, según explicó, debía contar con la opinión de dos forenses y no sólo con la de uno. El presidente del tribunal hizo constar la protesta pero consideró "correcto" el informe que no fue cuestionado se practicó en instrucción.

EFECTO "EUFORIZANTE"

El director del Instituto de Medicina Legal manifestó que el pinchazo se puede producir "vía subcutánea o intramuscular" y señaló que para "no machacar partes de la anatomía concretas", los pinchazos en casos en los que se consumen sustancias como los opiáceos se pueden efectuar en zonas del cuerpo como "la cara, la parte anterior delos muslos o los brazos" y que en las manos "no es habitual". En este sentido, indicó que es más frecuente ver estigmas de pinchazos en personas que se inyectan sustancias no homologadas que en quien usa "medicamentos homologados que no tienen ese efecto contaminante y alterador de la vena".

Respecto a la existencia de antecedentes de transmisión de la Hepatitis C por pinchazos de agujas comentó que no hay "caso concreto" pero sí "en general", por el "uso de jeringuillas compartidas" o por la implantación de un "piercing".

Por otro lado, al inicio del interrogatorio, Matías Vicente diferenció, al ser preguntado por el uso de derivados de los opiáceos en medicina y por el abuso de estas sustancias dentro o fuera de este campo, entre sedación profunda, un estado en el que se está "más que tranquilo, casi dormido", y una situación de abuso, en la que estos productos tienen un primer efecto "euforizante" con la sensación de "estar a gusto, feliz y expansivo" y un segundo de sopor y sueño si se incrementa la dosis, similar, dijo, al alcohol.

Manifestó que el consumo de opiáceos producen "dependencia", algo que estimó "evidente" porque conlleva "tolerancia y abstinencia", y aseguró que la dependencia "exige un consumo repetido". En el caso concreto de un anestesista que haya consumido durante años dijo que "puede tener dependencia sin que se le note" y citó el caso de un médico internista que a los 80 años, tras su jubilación, confesó haber consumido este tipo de sustancias sin que nadie hasta entonces lo supiera. Agregó que "se pueden mantener dosis de consumo no demasiado altas durante bastante tiempo".