VALENCIA 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia juzgó hoy a Rodrigo S.L., un hombre al que el fiscal acusa de apuñalar, el 4 de agosto de 1995, a un menor de 17 años que, según esta parte, fue a su vivienda a recriminarle que había molestado a su madre.
El ministerio público reclama en su escrito de calificaciones provisionales cuatro años de cárcel por un delito de lesiones, mientras que la acusación particular pide seis y la defensa uno.
El acusado, que tenía antecedentes penales no computables ya que había sido condenado a tres meses de cárcel por un delito de abusos sexuales, reconoció la agresión aunque señaló que se produjo porque el menor entró en su casa y estaba alterando a su abuela, una mujer de 94 años. "Y eso yo lo entiendo como defensa propia", indicó en la sala.
La familia de la víctima, en cambio, niega esta versión y que la agresión se produjera en un forcejeo ya que cree que el acusado sí que quiso herir a su hijo que, según indicó la madre del menor a los periodistas tras el juicio, aún no sabe con qué elemento recibió la lesión --si fue un destornillador o cualquier otro tipo de arma blanca--. Aseguró que todo ocurrió en medio de la calle y no en la vivienda del acusado, sin mediar discusión previa.
Según la versión de la madre, su hijo y un amigo se disponían a aparcar el ciclomotor, se bajaron y, cuando estaban poniendo el caballete, el acusado agredió al menor sin que su acompañante ni si quiera se diera cuenta. De hecho, según dijo, cuando el amigo volvió la cabeza ya le vio la sangre en el costado.
El fiscal explica en su relato de hechos que el menor, sobre las 20.00 horas del 4 de agosto de 2005, se acercó al domicilio del acusado en Massamagrell a "recriminarle el haber molestado a su madre" y llegó hasta el interior de la casa, donde continuó la discusión hasta que Rodrigo S., "guiado por la intención de menoscabar la integridad física de la víctima", cogió un cuchillo de cocina que le clavó en el abdomen.
Como consecuencia de la agresión, le causó una herida de la que tardó en curar 61 días, de los que cuatro estuvo hospitalizado. Los médicos le tuvieron que extirpar la vesícula biliar y le ha quedado una cicatriz de 9 centímetros. Además de la pena de prisión, el fiscal pide que el acusado indemnice a la víctima con 22.100 euros.