VALENCIA, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un tribunal popular comenzó hoy a juzgar por segunda vez a una mujer acusada de matar a puñaladas el 28 de mayo de 2002 a un amigo en la localidad de Cullera (Valencia), después de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana primero y el Tribunal Supremo después acordaron la nulidad del procedimiento "por razones legales" y la repetición de la vista, en la que fue declarada no culpable, al considerar que se habían producido "irregularidades" y que hubo un error en la apreciación de la prueba.
El ministerio fiscal volvió a pedir provisionalmente 14 años de cárcel para la acusada, Ana María P.C. y una indemnización de 90.000 euros para la familia de la víctima, un joven argelino de 30 años en el momento de los hechos, que falleció 18 días después de ingresar en el hospital como consecuencia de las heridas recibidas. La acusación particular se adhirió a esta petición mientras que la defensa pide la libre absolución de la acusada, ya que sostiene que no fue ella quien apuñaló al joven sino una tercera persona desconocida.
Según explica el fiscal en su relato provisional de hechos, la acusada ya había sido condenada por un juzgado de lo penal de Valencia por lesionar en febrero de 2001 al joven argelino con un cuchillo. La víctima era amigo de un hijo de la acusada, que había se había suicidado en una comisaría, y solía acudir a su vivienda, en la calle Carlos II de Cullera.
El 28 de mayo de 2002, el joven volvió a casa de la mujer y le pidió que le dejara entrar para comer. Ante la negativa de la dueña, se inició entre ellos una discusión en la que se dirigieron insultos mutuos y en la que ella amenazó con matarle. La mujer acabó cogiendo un cuchillo del interior de la casa con el que persiguió al joven por los alrededores mientras le insultaba.
La acusada, según el fiscal, regresó a su vivienda y al rato volvió la víctima, con cartones de vino y refrescos, que trató de que le dejara entrar para comer. Los dos se intercambiaron bebidas aunque iniciaron una nueva discusión del mismo tipo, en la que Ana María cogió un cuchillo de cocina con el que persiguió al joven hasta alcanzarle en tres ocasiones.
En total, según el fiscal, la acusada provocó al joven una herida superficial en el cuello y dos en el hemotórax, una de las cuales le afectó al pulmón y era de "extraordinaria gravedad" y "carácter mortal". Cuando llegaron al lugar agentes de la policía Local de Cullera, explica el ministerio público, la mujer se dirigió al herido al que amenazó con matarlo. El joven argelino fue trasladado ese mismo día al Hospital de La Ribera donde falleció el 15 de junio como consecuencia de las heridas sufridas.
Para el fiscal, en el momento de los hechos la mujer había bebido alcohol aunque sus facultades no estaban afectadas ni disminuidas. La defensa, por contra, disiente de los hechos y considera que no se ha podido probar la participación en el crimen de su cliente, que permanece en libertad.
La mujer declaró en la sala que no dejó entrar a la víctima en su casa porque iba "muy embriagado" y días antes le había insultado y roto un cristal. En ese estado, dijo, creaba "muchos problemas". La acusada, quien indicó que tomaba antidepresivos y alcohol por la muerte de su hijo, afirmó que sabe que insultó a la víctima, aunque ignoraba en qué términos, y que fue detrás de él con el cuchillo porque así se lo dijeron en el primer juicio.
No obstante, aseguró haber conocido lo sucedido al día siguiente, sobre las 15.00 horas, porque se lo dijo su hermana. La mujer negó haber apuñalado al joven a quien le vio hablando con una persona cuya cara no pudo conocer. "Al final, la única que le he ayudado he sido yo", indicó la mujer, que aseguró que no le gustaría ir a la cárcel "por algo que no he hecho".
